LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ ARANDA
Después de cuatro años, en domingo de resurrección, la oposición por fin despertó. Desde el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018 los partidos contrarios a Morena lucían desarticulados, con un discurso ajeno a la sociedad.
Durante este tiempo perdieron por goleada cada debate que se presentaba en la arena política. También varias elecciones. Sólo Coahuila se erigía como el bastión más fuerte del PRI, donde Morena avanzaba como fuerza política pero muy lejos aún del tricolor. Otros estados como Nuevo León o Jalisco apostaban por Movimiento Ciudadano, pero más como resultado de campañas electorales novedosas que como un trabajo de estructura política.
El PAN que había ocupado en 2 ocasiones la presidencia de la república lucía totalmente desarticulado y el PRD, primer partido de izquierda importante, arrastraba sus pedazos de forma lastimosa.
El domingo de resurrección esta historia cambió y por fin vimos un bloque opositor compactado, dando la batalla contra una reforma eléctrica que significaba un retroceso de más de 30 años a México y un golpe mortal para el desarrollo de Coahuila y particularmente de la Comarca Lagunera.
Es importante destacar que La Laguna, cuenta con todas las características ideales para crear un ecosistema empresarial en torno a las energías renovables. La región ya tiene importantes unidades funcionales de energía renovable, prueba de ello el enorme parque solar en Matamoros y Viesca.
Por primera vez vimos un Alejandro Moreno, dirigente del PRI nacional, como un discurso congruente, que motivara a los suyos y sacara de sus casillas a los legisladores de Morena. Diputadas del PAN se fueron con todo a descalificar la reforma eléctrica y la administración de López Obrador, al mismo tiempo que sin ser parte del bloque opositor Movimiento Ciudadano se unió a este rechazo.
Para que exista una democracia sana debe haber una oposición fuerte. La diversidad de ideas siempre será sana para la vida política de un país y todas esas voces deben ser escuchadas y respetadas no sólo en el Congreso de la Unión sino en cualquier espacio de la vida cotidiana.
Por desgracia Morena y el presidente de la república vuelven a mostrar su talante autoritario al llamar traidores a la patria a quienes no piensen como ellos. Al estilo del viejo oeste difunden mensajes de odio, los cuales ya han generado actos de violencia en varias partes del país.
El debate del domingo reflejó las posturas políticas de todos los partidos y nos dieron herramientas para ver qué México queremos en el futuro. Uno donde se acepte la diversidad de pensamientos y el debate de ideas o aquel donde la única verdad se dicte desde Palacio Nacional. Despertó la oposición y ojalá no se vuelva a dormir.