ISRAEL NAVARRO
Aquí les van unos apuntes sobre la elección en Brasil que tuvo lugar el domingo pasado:
Primeramente, el resultado era esperado. Pero lo relevante, es que las encuestas, si bien acertaron con el ganador, con el margen de ventaja cometieron una pifia. En la primera vuelta vaticinaban que Lula Da Silva ganaría por más de 13 puntos y en la segunda por 6. En los resultados Bolsonaro quedó abajo por 5 y 1.8 puntos, respectivamente. ¿Qué quiere decir esto? Que había mucho bolsonarista de closet, y seguramente lo sigue habiendo.
Segundo, el país quedó partido por la mitad. Cuando uno está en campaña, solo necesita el 50% más uno de los votos, pero cuando se gana, hay que gobernar y buscar el apoyo del 100%. La tarea que tendrá Lula es titánica porque tendrá que convencer al 49% que no votó por él de que puede hacer un buen gobierno.
Parte de su discurso de campaña, era precisamente el unificar de nuevo a Brasil, pero trae un gran lastre en contra: el estigma de la corrupción, de él y su grupo político. Es verdad que estuvo 19 meses en el bote, pero ojo, no salió por haber sido absuelto sino por fallas en el debido proceso. Aunque esté libre no quiere decir haya sido inocente de los cargos que le imputaron.
Por otro lado, le va a tocar lidiar con la inflación y la crisis económica mundial que ha afectado a mucha gente que vive en situación de pobreza y constituyó gran parte de su voto. Las expectativas de cumplimiento, tanto en lo económico como en transparencia, son muy altas.
Bolsonaro por su cuenta, sabía que iba a perder y adoptó la fórmula de Donald Trump. Desde meses atrás afirmaba sin pruebas que las urnas electrónicas que se utilizan en Brasil no eran confiables. Sin embargo, a diferencia de Trump, su base no creyó en esa desacreditación, porque en general, el ciudadano brasileño vota por convicción y consideran que su sistema electoral es para presumirse. Y mientras avanzaba la contienda, Bolsonaro radicalizó sus críticas al proceso, hasta el punto de querer meter a la cárcel a los encuestadores que publicaran números errados con relación a los resultados oficiales, no’más porque las encuestas no lo daban como favorito.
Y finalmente, el triunfo de Lula consolida la ola de izquierda que está tomando a Latinoamérica. El Foro de Sao Paulo se fortalece, pero la nueva administración tendrá que hacer a un lado la ideología y centrarse en la estabilidad del país, porque para el ciudadano de pie, la izquierda o la derecha es igual, mientras haya resultados.
*Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael