Dobleces
Del silencio a la justificación
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Con argucias, Jorge Álvarez Máynez, coordinador nacional emecista, antepone a las instituciones sobre las personas. Sus palabras se vuelven un peligroso boomerang, al justificar el voto de su partido en la designación de fiscal general de la República. Su compleja explicación forma parte de una nueva narrativa para despersonalizar el ejercicio del poder; con este fraseo pretende sepultar la responsabilidad moral del partido fosfo-fosfo en el caso del narcorancho de Izaguirre.
El enredo lo inició el coordinador de los seis senadores emecistas, Clemente Castañeda, al condicionar el voto de su bancada a cambio de un decálogo en el que demandan, para su descargo, “se erradique el uso faccioso de la justicia”. Fue el eufemismo para que el caso de Teuchitlán se quede en la esfera local, no trascienda, ni se utilice para denostar al partido y así evitar más responsabilidades políticas del partido. No hay casualidades en política, pero suena a un acuerdo con el partido en el poder con profundos intereses rumbo a 2027.
Y es que es en la época de la coordinación de Jorge Álvarez Máynez, cuando se destapa un escándalo nacional de reclutamiento forzado, por parte de bandas del crimen organizado en Teuchitlán, Jalisco, y donde el partido naranja tiene una responsabilidad moral por el personaje emanado de las filas emecistas que trastocó y ensució la institución de la Presidencia Municipal.
El munícipe emanado de las filas de Movimiento Ciudadano, José “N”, llevaba tres periodos como presidente municipal de esta región, en los últimos años. Su primer periodo fue de 2012 a 2015 y las subsecuentes son: 2021-2024 y 2024-2027. La sospecha sobre él fue directa, no solo por su omisión, sino por su permanencia en un cargo y no aspirar a otra posición. Eso lo volvió un objetivo claro para la investigación emprendida por la FGR.
Este es el ejemplo claro que Movimiento Ciudadano pretende borrar. El exalcalde no cuidó su responsabilidad y lo que se manchó fue la institución municipal, según la explicación de Movimiento Ciudadano. El rancho Izaguirre golpeó el centro de estabilidad de la dirigencia de Álvarez Máynez. La FGR ya tenía un expediente en el que el exalcalde se encontraba vinculado a actividades ilícitas de sobra. Por ello, los dirigentes encontraron en esta coyuntura de elección de fiscal el pretexto para evitar que el caso salpique más al partido.
La defensa de las instituciones, ahora, como parte del discurso de Álvarez Máynez, lo exhibe con un discurso tibio. Para ser oposición juega con cautela y para ser aliado lo hace con máscara. Temeroso de adjudicarse una responsabilidad moral, el dirigente emecista rehúye a los costos políticos del rancho Izaguirre. Su defensa es minimizar efectos negativos y entregar un partido con resultados magros y vinculado al crimen organizado. Ya es tarde para enmendar las pifias del exalcalde José “N”, pero para los tiempos electorales está a tiempo para limpiarle la cara al partido frente a quien le dio tregua para los próximos dos años: el partido en el poder.
