Dobleces

Las ensoñaciones de Samuel
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
El nuevo Nuevo León, suena a un paraíso terrenal lleno de oportunidades, pero solo es en la imaginación del gobernador Samuel García. En su ideario está la inversión extranjera, proyectos industriales de talla mundial y un gobierno metido en la modernidad de la era digital. Sin embargo, detrás de la narrativa oficial se despliega otra cara: inseguridad al alza, transporte público en ruinas, trámites trabados y una clase empresarial desconfiada y víctima de la extorsión.
El caso más evidente es la movilidad. Mientras Monterrey se hunde en un tráfico que, según el IMCO, representa más de 100 mil horas-hombre perdidas cada día, las soluciones prometidas se han esfumado. La Línea 5 del Metro quedó en el papel, las líneas 4 y 6 operan recortadas y la flota de camiones eléctricos, presentada como insignia de un transporte sustentable, apenas avanza. El viaducto de Morones Prieto —cancelado en junio por falta de impacto ambiental aprobado— se sumó a la lista de promesas incumplidas, junto con el hospital infantil en Topo Chico y la tercera pista del Aeropuerto. Eso es lo moderno y lo digital que presume el gobernado emecista.
El clima de negocios tampoco respira confianza. Desde la Coparmex hasta Caintra coinciden en que la relación con el gobierno estatal está marcada por decisiones unilaterales, trámites opacos y una larga carga de burocracia para todo. A ello se suma lo que empresarios describen como “extorsión administrativa”, que no son otra cosa que cobros mensuales desde el SAT Nuevo León, encabezado por Carlos Contreras Segovia, a cambio de no abrir auditorías fiscales.
La inseguridad refuerza la percepción de deterioro. Municipios como Apodaca, Escobedo y Juárez registran un repunte en delitos de alto impacto. La extorsión, del crimen organizado y de autoridades, ya se normalizó como costo fijo en muchas operaciones.
En lo ambiental, los empresarios empujan por estándares internacionales y tecnologías limpias, pero se topan con un gobierno más dispuesto a castigar que a generar consensos. “La cooperación y la medición rigurosa son el único camino”, insiste Jorge Humberto Santos Reyna desde Caintra, aunque la administración estatal parece mirar más hacia la próxima elección que hacia la sustentabilidad.
El dato frío es que en 2024, la Inversión Extranjera Directa alcanzó 5 mil 353 millones de dólares. Pero la cifra, aunque vistosa, se concentró en unos pocos sectores y no logró detonar un crecimiento urbano integral. Incluso el anuncio más mediático, la Gigafactory de Tesla, se esfumó.
Con las elecciones de 2027 acercándose, el gobierno de Samuel García, acompañado de su Secretario General Miguel Ángel Flores, se muestra más ocupado en cuidar la narrativa que en resolver la agenda pendiente. Nuevo León tiene todo para crecer, pero sigue atado a un discurso que presume futuro mientras el presente se desgasta sin remedio.
Por si fuera poco, a dos años del Mundial 2026, Nuevo León está lejos de las condiciones que prometió para recibirlo. En vez de la vitrina de modernidad ofrecida, la realidad muestra un Monterrey sin infraestructura suficiente, con movilidad colapsada y una logística que difícilmente podrá responder al reto de ser sede mundialista. Eso es resultado de un gobierno de extracción emecista. Mucha mercadotecnia y poca efectividad en lo administrativo y político.