Dobleces

La impostura de la izquierda
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
El Partido del Trabajo, en Veracruz, tiene un boquete irreparable rumbo a los comicios de junio próximo. A esta crisis, el silencio de Alberto Anaya, senador y dirigente plenipotenciario del PT, se torna funesto. Ya no hay diálogo con Morena y los diputados y candidatos petistas truenan con su partido. Sus días como aliado de la cuatroté obradorista se agotan.
El PT tiene una ruptura aguda. La salida de dos legisladores petistas para unirse a Morena en el Congreso local propició la desaparición de la bancada del partido de la estrella amarilla. Pero eso no es todo. El liderazgo débil de Anaya, ahora exhibe candidaturas insostenibles y capaces de mentir a la ciudadanía con supuestos secuestros.
José Hernández Cayetano renunció, la semana pasada, a la candidatura a la presidencia municipal de Las Vigas. La versión oficial fue por temas de carácter personal y familiar. Sin embargo, el candidato simuló un secuestro en la comunidad de El Manzanillo. La fiscalía estatal desenmascaró el caso y reportó que se trató de una presunta simulación, ya que “nunca estuvo retenido en contra de su voluntad”. Los candidatos le mienten a Anaya y el dirigente nacional le miente a los electores a través de jingles juguetones con el nombre de cuatroté. El PT es la impostura de la izquierda.
Esta no es la primera vez que Anaya utiliza a su partido como arma de chantaje.
En los comicios intermedios de 2003, el PT se lanzó solo por diversos cargos en la ciudad y corrió el riesgo de perder su registro. Su salvación después de su fracaso electoral fue sucumbir ante los brazos de Roberto Madrazo, entonces dirigente del PRI e histórico enemigo del obradorismo. Es tiempo de volver los sótanos de la política a los que acostumbra refugiarse Anaya Gutiérrez cuando sabe que no es su momento de figurar y quizá se encuentra en la antesala de la jubilación política.
Ahora, en 2023 cuando, en complicidad con Ricardo Mejía Berdeja escandalizó, por unos días, el proceso electoral en Coahuila y obligó a Morena a negociar su permanencia para afianzar la alianza en 2024. El candidato petista al gobierno de Coahuila por el PT se encontraba en tercer lugar de acuerdo a las encuestas de Demotecnia con un 12 por ciento frente al 55 por ciento de Manolo Jiménez. Aun con esos ínfimos números, Anaya peleó escaños y presencia.
El PT apuesta a competirle a Morena, los espacios en Veracruz y desde hace tiempo hay incomodidad por parte de la dirigencia nacional con el grupo compacto de Morena. Se aleja, pero no rompe. Pero ya hay señales de que el partido requiere renovarse a fondo antes de pasar al museo de los partidos políticos.
Las elecciones en Veracruz ponen a prueba al PT. Anaya tiene una estructura débil pero con disfraz de cuatroté. Si funciona su estrategia será una de sus últimas cartas, ya que el partido está enfermo y las nuevas generaciones lo perciben como un partido con tufo rancio.