Dobleces

Partidos de probeta

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

De las agrupaciones políticas con aspiraciones a transformarse en partido Somos México, escisión de perredistas y base de la “marea rosa”, y México Republicano de corte ultraderechista, tiene posibilidades de encontrar acomodo en el espectro político del país. Aunque el partido Republicano impulsado por Juan Iván Peña Neder es quien ofrece una lucha frontal a Morena. Por declararse némesis del partido en el poder.

En tanto, Guadalupe Acosta Naranjo cabeza visible de Somos México, va por un modelo de partido tradicional y con el fraseo tramposo de ser “el brazo político de la sociedad civil”. Nada más falso que esa línea discursiva utilizada por todos los partidos políticos en cualquier elección.

Desde 2022, los partidos comenzaron a jugar con la idea de impulsar candidaturas ciudadanas emergidas de la sociedad civil. Sin embargo, las postulaciones quedaron en el discurso y en el olvido. Los dirigentes de los partidos Marko Cortés, de PAN, Aejandro Moreno, del PRI,y Jesús Zambrano, del PRD, se apoderaron de las principales candidaturas y de los primeros lugares en las listas. La sociedad civil solo fue utilizada para el efecto mediático de llenar plazas y reaccionar al gobierno.

Y es que no hay caminos alternativos en la democracia mexicana. La democracia representativa es en la actualidad es el mecanismo legal para elegir gobernantes, y aunque hubo cierta fe en las candidaturas independientes, entraron en la dinámica corrupta de los partidos, como el caso de Jaime Rodríguez El Bronco al grado de que ser encarcelado.

En tanto, la propuesta de la ultraderecha de Juan Iván Peña Neder pepena a las distintas facciones radicales de derecha en el país que se mantienen bajo las sombras, y traza la ruta de un partido político “diferente”.

El Yunque es desde los años 50 un grupo católico que orbita cerca de la Iglesia Católica, con movimientos de clandestinidad y conservador. Se opone al estado laico y a los grupos liberales, está en contra del aborto, promueven educación religiosa y rechaza el ejercicio libre de la sexualidad. En su esencia actúan con un espíritu de cruzada y van en contra de los enemigos de la fe.

Este partido es la expresión máxima del antagonismo con Morena. El riesgo es que se trata de un modelo de partido novedoso en estos tiempo, pero sentado sobre bases que han probado suerte en las filas de partidos, pero que ahora toman oxígeno ante la radicalización de los discursos y la polarización en el país. A final de cuentas si existe la ultraderecha es también por la presencia de la ultraizquierda.

Con la tendencia mundial a la ultraderecha, los analistas políticos advierten que hay que poner atención a México Republicano, partido que apoya a Donald Trump, de vanguardia conservadora y confesional –abriga a ciertas religiones y facciones de grupos de poder fáctico conservadores–, que busca registro nacional. En este punto se desconoce si el electorado mexicano está listo para una ultraderecha, pues es un lugar que no estaba ocupado en el espectro político nacional y eso puede ser un llamado de alerta.