Alerta en el Tren Maya
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Dentro de las grandes obras de infraestructura del gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador, pocas generaron a lo largo del sexenio pasado tanta controversia como el Tren Maya, que lleva el general Óscar David Lozano Águila. El proyecto, que busca ser un catalizador económico para el sureste mexicano, acumula señalamientos por retrasos, sobrecostos y asignaciones cuestionables de contratos.
Un ejemplo claro de esto, fue la adjudicación del sistema de Planificación de Recursos Empresariales (ERP), fundamental para la gestión operativa y administrativa del tren. Área fundamental que toca partes operativas y financieras de la obra.
Detrás de este acuerdo está Ángel Beltrán Acosta, quien, a través de la empresa N Digital Evolution Group, también conocida como n.technology, se hizo del contrato para la implementación del EPR por un monto superior a los 251 millones de pesos, de acuerdo con documentos a los que se tuvo acceso.
Llama la atención que dicha cifra es 23.6 millones más alta que la segunda oferta, presentada por Distribuciones y Proyectos, y más del doble de lo ofrecido por STO Consulting Servicios, Tecnologías y Organización, cuya propuesta fue por 120 millones 446 mil pesos.
No debería sorprender, pues durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, Beltrán Acosta consolidó su presencia en proyectos clave de la administración federal, a través de las firmas de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) de las que es accionista: N Digital Evolution Group y Neixar Systems.
Dichas compañías encontraron lucrativos contratos asociados a dependencias y entes federales como Pemex, de Víctor Rodríguez, la Secretaría de Energía, de Luz Elena González y hasta la Auditoría Superior de la Federación, a cargo de David Colmenares, entre otras.
La operación de este personaje en torno al Tren Maya tampoco es un esfuerzo en solitario. Su hermana, Zoe Beltrán, funge como directora de n.technology, mientras que su apoderado legal, David Adissi, operó como la cara en la firma de contratos con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que hoy está en manos del general Ricardo Trevilla Trejo.
Este círculo lo complementa Ángel Rodríguez, quien, según fuentes del sector, actúa como enlace con la Sedena y la ASF, de esta manera aseguran que los recursos fluyan a favor de los Beltrán.
Pese a los favoritismos, los encargados del Tren Maya, ya no pueden evitar los señalamientos por el retraso de 12 meses en la puesta en marcha del ERP, situación que vulnera la coordinación de áreas clave como finanzas, recursos humanos, y compras, y amenaza con derivar en sobrecostos operativos.
Aunque el ascenso meteórico de las firmas de Ángel Beltrán y sus contratos con entidades gubernamentales fortalecieron su influencia en el sector de las TIC en México, su éxito no se encuentra exento de polémicas.
Se sabe que el empresario tiene señalamientos por temas como prácticas poco transparentes, inflación en los costos y acuerdos deleznables en la adjudicación de contratos. Este panorama sugiere que aún hay mucho por investigar por parte de la nueva administración.