La dos bocas de Aldana
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Convertido en un personaje voluble y hermético, Ricardo Aldana Prieto, secretario general del STPRM, encontró en la refinería Dos Bocas la manera de negociar, de manera política, su permanencia al frente del añoso sindicato petrolero. Su operación sotanera se encuentra en ofrecer apoyo electoral a la cuatroté a cambio de entrar de lleno con personal, afín a su grupo, a la nueva refinería.
Aunque abrirle la puerta a Aldana Prieto, en Dos Bocas, es darle un pase de perpetuidad, inmunidad y viejas prácticas anquilosadas en el sindicato y que, por cierto, en tiempos electorales sirven como moneda de cambio. Además cuente con un pasado marcado con el sello de corrupción en el priísmo.
Aldana Prieto ratificó el 1 de mayo, como lo ha hecho, que el sindicato petrolero se la juega con Claudia Sheinbaum, candidata de la alianza “Sigamos haciendo historia” rumbo a los comicios del 2 de junio. Sin embargo, el dirigente de los trabajadores petroleros juega en dos vías, a nivel presidencial está con la cuatroté y en los estados donde mantiene influencia, gracias a las presiones de los dirigentes seccionales, tiene apoyos locales que no comulgan con la cuatroté.
Y es que la militancia priísta de Ricardo Aldana está extraviada. Fue diputado y senador por el partido tricolor, pero en el partido, en la actualidad, no admiten ni rechazan la existencia de su militancia. Ni un documento acredita su renuncia al PRI ni su permanencia. Es ahí donde tiene intereses con varios candidatos en plazas locales.
Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió el retraso en la producción de la refinería Dos Bocas y soltó: “está tardando porque no son tamalitos de chipilín o guajolotas o tlayudas, pero ya va a empezar a producir en unos días más”.
Por ello, es que Aldana Prieto volvió con sus devaneos hacia la cuatroté. Su objetivo es, aunque burdo, tener influencia en la refinería de Dos Bocas. Al ser una de las obras insignias de la cuatroté, es al mismo tiempo el inicio para que las relaciones con los trabajadores tenga un nuevo camino y el STPRM de la mano de Aldana Prieto, deje de ser el botín político-electoral de los dirigentes en la actualidad.
Los disidentes del sindicato, afirman que Aldana Prieto tiene dos enormes bocas, una para negociar con la derecha y otra con la izquierda. En este momento, es lo que hace, se subió a los escalones del segundo piso de la transformación, pero su carrera política está sustentada en el priismo. El dirigente sindical es de los personajes más ambiguos en este momento. La coyuntura lo lleva a mostrar su lado más abyecto a la cuatroté porque su llegada a la dirigencia del sindicato la debe a la entonces secretaria del trabajo Luisa María Alcalde, ahora secretaria de Gobernación.
En este momento, el STPRM es un activo electoral al servicio de candidatos. La ambigüedad ideológica le da la pauta a Aldana Prieto, de moverse en cualquier partido con el que pueda negociar y le deje dividendos. Porque eso de ser comparsa de la cuatroté está muy lejano.