Rubén Aguilar Valenzuela
Del 3 al 13 de marzo con mi compañera y unos amigos recorrimos algunas ciudades de Cuba. Con un sector de las personas que pudimos platicar, en particular de menores de 40 años, fue una constante que se definieran como apolíticas.
Algunas se decían fidelistas, pero que no se identifican con el partido y las actuales autoridades incluyendo al actual presidente Miguel Díaz-Canel (1960).
Su preocupación más sentida no es la democracia, sino mejorar en las condiciones de su vida cotidiana. De esas conversaciones tomé notas, que resumo en cinco grandes temas:
En Cuba, en la manera de organizar la economía, hay evidentes cambios que promueven la generación de más empleo y el incremento de los salarios, que siguen siendo muy bajos. El proceso de apertura, con todo, va muy lento. Hay muchos temores de parte de las autoridades.
Ahora hay muchas empresas privadas de pequeña y mediana dimensión, les siguen llamado actividades a cuenta propia, sobre todo en el campo del turismo y algunos servicios que están funcionando muy bien. Los propietarios pagan los impuestos que les corresponden.
Esas mismas personas, es otro tema recurrente, afirman que los altos niveles de la autoridad pueden tener buenas intenciones, pero que en la estructura de la administración pública hay muchos abusos, prepotencia, corrupción, pero sobre todo ineficacia. La burocracia es muy lenta y complicada. Todo lo hacen difícil. No colabora, para que las cosas mejoren.
Algunas de esas personas nos dijeron que si se presenta la oportunidad van a dejar el país, pero otras, que participan ya en nuevos negocios, en algunos casos son los propietarios, aseguran que no se van a ir del país porque aquí está su familia, en particular sus padres, y los quieren apoyar, para que tengan una mejor vida en su vejez.
Las personas con las que hablamos tienen una conversación coherente y bien articulada. Tratan de ser objetivas y en su conversación utilizan pocos adjetivos. No tienen problema en ofrecer su punto de vista y son directas, nunca recurren al discurso ideológico.
Twitter: @RubenAguilar