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14 de julio de 2025
Opinión

Convicciones

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  • julio 14, 2025

Sheinbaum, populista de manual

Rubén Aguilar Valenzuela

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, no tiene las características que le son propias a los políticos populistas que suelen ser espontáneos, ocurrente y dicharacheros. Ella es seca, rígida y siempre proyecta una imagen de estar tensa.

A pesar de esa realidad, la presidenta, en su manera de hacer política y de comunicarse, sigue al pie de la letra el manual del buen populista, que le dejó su antecesor, su líder y mentor, el presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).

En las mañaneras, la presidenta hace evidente su seguimiento fiel al manual del buen populista y de este, de manera permanente y consistente, toma cinco indicaciones básicas:

  • No aceptar la realidad y hablar de un mundo de fantasía, que no existe. Ella, de un lado, da la impresión de que se lo quiere creer y, del otro, es lo que sus simpatizantes y seguidores quieren oir, la existencia de un mundo ideal y sin problemas. Y que es mundo color de rosa, donde todo está bien, es producto de la acción de su gobierno.
  • Todo lo que esté mal o salga mal es culpa del pasado y de los gobiernos anteriores. Es responsabilidad de los neoliberales y conservadores, de los traidores de la patria. El fracaso del pasado reciente se niega, hay que ir a un pasado más lejano, que puede ser de 12 años pero también de 40 años atrás.
  • Decir mentiras, que es parte central de la construcción del mensaje. Esta práctica sistemática se requiere para hacer realidad los dos puntos anteriores: la construcción de la fantasía, todo está bien y los problemas del pasado han sido superados, y el pasado es el culpable de todo lo que no está bien. La presidenta miente un día y el otro también.
  • Construir enemigos de ocasión. La narrativa populista requiere enemigos, que van cambiando, pero son siempre necesarios, para elaborar las historias que se cuentan, que son las más de las veces falsas. La épica de la que se es la actora central, la heroína, exige enemigos, molinos de viento, a los que hay que enfrentar, humillar y derrotar.
  • Denostar a los medios y a los periodistas independientes, que no se someten al poder, que ella tiene y administra. Se les agrede desde la comparecencia mañanera y se les acosa y persigue de muy diversas maneras. Desde el gobierno federal, pero también de los estados gobernados por Morena. Entre otras cosas, por ejemplo, se pide a los dueños de los medios que retiren de los programas a los periodistas o comentaristas incómodos al gobierno.

La presidenta es una populista de manual, que ha tenido que aprender, pero cada día que pasa se ve que lo asume con más naturalidad, los principios que en el se establecen los ha hecho suyos y cada día ser populista le sale mejor, pero sin la gracia y espontaneidad que es propia de los verdaderos populistas, se digan de izquierda o de derecha.

 

@RubenAguilar