Convicciones

El tren subsidiado del Ejército
Rubén Aguilar Valenzuela
El presidente López Obrador (2018-2024) decidió, sin ningún estudio ambiental y de negocio, violando la Constitución y las leyes, por una peregrina idea que tenía desde hace años, hacer un tren en el sureste de México, obra que se ha convertido en el más grande ecocidio cometido por un gobierno en la historia del país.
En la obra, que el Ejército construyó un tramo, se tiraron 10 millones de árboles, se destruyeron cenotes y cavernas, se agredió el hábitat de animales, hoy en peligro de extinción, y se modificó de manera radical un entorno natural que se había conservado por decenas de miles de años.
El que ahora se conoce como Tren Maya, que fue la obra insigne del sexenio pasado, costó dos o tres veces más del presupuesto inicial, y el presidente “regaló” el tren, antes de terminar su mandato, al Ejército, que ahora es su dueño.
Para poder operar el tren, la Sedena requiere de 10 700% de subsidio, por cada peso que recibe de ingresos, por la venta de boletos, necesita 108 pesos de subsidio de parte del gobierno federal.
En 2024, según la Cuenta Pública, el Tren Maya recibió 29 mil 912 millones de pesos de subsidios y solo tuvo ingresos propios por 276 millones de pesos. El déficit es abismal. En el año pasado del subsidio total, 13 mil 2023 millones de pesos fueron para el pago de obras pendientes.
El subsidio que se ha autorizado hasta ahora, al año y seis meses de su funcionamiento es de 40 mil 872 millones de pesos. Al día de hoy no se conoce el costo total de la obra, información que el Ejército mantiene en la opacidad.
Lo que se sabe es que el pasado febrero, Fonatur, de acuerdo con el dictamen del auditor, transfirió a la Sedena bienes por un monto de 470 mil 428 millones de pesos. Del total 396 mil 843 millones de pesos corresponden a construcciones.
En 2025, el tren va a erogar 827 millones de pesos en el pago de los salarios de sus 1700 empleados, y requerir otros 680 millones de pesos para gastos de operación. En los 15 meses que tiene funcionando, desde finales de 2023, solo ha transportado a 2000 personas al día, para un total en ese tiempo de un poco más de un millón.
La Sedena considera que la única manera que el tren de su propiedad sea rentable es convertirlo en transporte de carga, lo que de manera plena habrá de ocurrir en 2027 cuando se podrán transportar dos millones de toneladas de carga si todo, según sus estimaciones, marcha bien.
Y que, entonces, el equilibro financiero, para ya no depender del enorme subsidio que ahora recibe, se podría alcanzar en 2030. Y esto solo si logra funcionar, prioritariamente, como transporte de carga porque no hay posibilidad alguna de ser rentable como medio de transporte de personas.
Analistas financieros del sector sostienen que hoy día en ninguna parte del mundo son rentables las empresas que se dedican al transporte de pasajeros por tren y tienen serias dudas, lo ven imposible, que incluso en el futuro el Tren Maya pueda ser rentable a través de la carga. Por lo pronto la Sedena seguirá recibiendo millonarios subsidios, de los recursos públicos, para operar el tren de su propiedad.
@RubenAguilar