La elección de los jueces y el crimen organizado
Rubén Aguilar Valenzuela
Hay algunos elementos que todavía pueden hacer que Morena-PVEM-PT no logren que en septiembre la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores voten la reforma del poder judicial.
En caso de que si obtengan lo que quiere el presidente López Obrador, que entre otras cosas está que todos los jueces se voten en un proceso de elección popular, hay tres elementos peligrosos que no se contemplan y es muy posible se den y ahora no están suficientemente presentes en el debate.
La elección por el voto popular de jueces en los distintos niveles de la estructura del sistema judicial se convierte en un ejercicio político, no será otra cosa, y los que ganen no siempre serán los mejores, solo los que tuvieron más votos. Y estos deberán fidelidad no a la Constitución y la justicia, sino a quien los puso y los apoyó con recursos económicos y la movilización, para que fueran a votar por ellos.
Los que votaron a su favor tendrán simpatías por su elegido y este por quien lo eligió, pero quien no lo votó porque considera que no tiene un buen perfil, no llena los requisitos, no es capaz o está comprometido con tal partido o grupo, que incluye al crimen organizado, no tendrá nunca su respeto y cuestionará sus decisiones. Unos se sentirán representados por la justicia y otros no. La elección de cualquier cargo politiza el proceso. Hay unos en contra y otros a favor de quien salga elegido.
Quien imparte la justica debería obtener su legitimidad no del voto, sino de una larga y probada trayectoria, no de la decisión e influencia de tal o cual partido o de tal o cual grupo, que también puede ser el crimen organizado, sino de estructuras autónomas del Estado, integradas por personas que han sido probadas y tiene reconocido prestigio en la comunidad.
@RubenAguilar