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26 de junio de 2025
Opinión

Con-ciencia y sin corbata

Con-ciencia y sin corbata
  • junio 24, 2025

Actitud: el motor que no se ve… pero si no lo tienes, se nota

Emiliano Calvert

Hay cosas que se ven en la oficina: las juntas eternas, los cafés fríos, los PowerPoints que prometen más que un político en campaña. Pero hay una que no siempre se ve, aunque marca toda la diferencia: la actitud.

Y no, no me refiero a la actitud de “sí jefe”, ni al optimismo acartonado de los lunes. Me refiero a esa actitud que se pone cuando el Excel no cuadra, el cliente cancela y Recursos Humanos anuncia una nueva política que nadie pidió. Esa actitud que levanta el ánimo y empuja a seguir… incluso cuando nadie tiene ganas de nada.

 

Actitud no es currículum, es combustible

Puedes tener títulos, certificaciones, experiencia internacional y hasta el número del director general en WhatsApp… pero si no tienes actitud, todo eso vale menos que buenas intenciones en tu dieta.

Porque la actitud es lo que hace que alguien con cero experiencia diga: “no sé, pero aprendo y me aviento”.
Es lo que convierte el caos en oportunidad.
Es lo que distingue al que empuja, del que estorba con frases como “yo lo dije desde el principio”.

 

Equipos que construyen (o destruyen) con actitud

Piénsalo así: puedes tener al Messi de las finanzas o al CR7 de las operaciones, pero si no tienen buena actitud, es como jugar con una estrella que no baja a defender. Pura pose.

La verdadera magia está en esos equipos que no necesitan motivador externo. Donde alguien dice: “no salió… pero ya tengo tres ideas de cómo corregirlo”. Donde el error no se esconde, se comparte y se mejora.

Porque actitud también es humildad: la de aceptar feedback, la de decir “me equivoqué”, y la de escuchar al practicante sin pensar que el cargo te hace más inteligente.

 

Cambio real = actitud diaria

Muchos quieren transformación digital, innovación cultural, liderazgo 4.0… pero no quieren saludar en las mañanas, preguntar cómo están los demás, o aceptar que llevan cinco años haciendo algo que ya no sirve.

¿Y si empezamos por ahí?

Porque la actitud no es solo para los “soft skills” del CV, es lo que se pone en juego cuando llega el correo de crisis a las 5:55 pm un viernes.

 

Kaizen no es japonés, es sentido común

Mejorar 1% cada día. Parece frase de taza motivacional… hasta que alguien lo hace. No con grandes discursos, sino con microacciones: hacer una presentación más clara, automatizar ese proceso ridículo, o simplemente preguntar: “¿esto se puede hacer mejor?”

Esa es la actitud que transforma oficinas. No por milagro, sino por constancia.

 

Liderazgo sin teatro

Un líder con actitud no se aprende en Harvard. Se nota cuando entra a una sala y no quiere brillar más que los demás, sino hacer que los demás brillen. Se ve en el que escucha con intención, no solo para contestar.

Y en el que pone el ejemplo con acciones, no con frases de calendario.

 

En fin …: ¿tienes actitud… o solo cara de compromiso?

Mañana cuando entres a trabajar físicamente o desde tu laptop fíjate qué energía llevas contigo.
¿Es la del que empuja… o la del que frena con quejas y cinismo?

Porque al final, no necesitas ser Elon Musk, ni gerente, ni influencer de LinkedIn para cambiar la cultura de un lugar. Solo necesitas algo que nadie más puede darte: tu actitud.

Y si ya la traes puesta, lo demás se acomoda.