Camino a Valinor

La guerra que les conviene
José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean. El reciente estallido entre Irán e Israel no es un capítulo aislado, sino la consecuencia de décadas de hostilidad, decisiones políticas inflexibles y un regionalismo cimentado en el miedo y la desconfianza. Ambos países, lejos de construir puentes, se han dedicado a reforzar sus trincheras: Irán, financiando milicias, rechazando acuerdos y alimentando una narrativa de resistencia; Israel, apostando por la fuerza preventiva, bombardeos quirúrgicos y una política exterior que minimiza la diplomacia. El colapso del acuerdo nuclear con Irán y el ascenso de posturas belicistas en Israel, encabezadas por Netanyahu, sembraron el terreno para una escalada que ahora amenaza no solo la estabilidad regional, sino también los cimientos de la legalidad internacional. Los recientes ataques y represalias no dejan espacio para la paz: solo alimentan un círculo vicioso de destrucción sin estrategia de salida. Ambos gobiernos comparten responsabilidad. Irán, con su retórica incendiaria y su cerrazón al diálogo; Israel, con su desprecio por las rutas diplomáticas y su confianza ciega en la superioridad militar. En el fondo, ninguno parece buscar una solución política real. Solo intentan imponer sus términos por la vía de la fuerza. ¿Y el costo? Ciudadanos atrapados en la incertidumbre, economías desestabilizadas, familias rotas por la guerra, mercados energéticos en tensión y un mundo que, otra vez, observa con impotencia cómo se impone la lógica de los misiles sobre la de las palabras. Desde México, estas crisis no nos son ajenas. La interdependencia global y la fragilidad económica nos obligan a mirar con seriedad estos conflictos. Si algo nos enseña esta guerra es que la paz no se logra con superioridad bélica, sino con voluntad política, diálogo sincero y respeto mutuo. Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.