Camino a Valinor

¡Aquí Vamos!
Por: José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
El crecimiento de una ciudad es sinónimo de desarrollo, pero también de nuevos desafíos y por qué no decirlo, de muchas molestias asociadas. A medida que las zonas urbanas se expanden, uno de los problemas más comunes es el incremento del tráfico vehicular. Las calles colapsadas, los tiempos de traslado más largos y la contaminación ambiental son efectos directos de una planeación urbana que muchas veces no contempla una movilidad eficiente.
En este contexto, el transporte público se convierte en una de las herramientas más poderosas para contrarrestar estos efectos. Un sistema moderno, accesible y funcional no solo reduce el número de automóviles en circulación, sino que mejora la calidad de vida de los ciudadanos. En Saltillo, el alcalde Javier Díaz ha entendido esta necesidad y ha dado un paso al frente con una estrategia que ya se perfila como ejemplo nacional de buenas prácticas en movilidad urbana.
El municipio reconoció que el modelo concesionado vigente estaba colapsado. De 54 rutas con más de 900 unidades en 2009, para este año se redujo a solo 21 empresas activas con 435 unidades, muchas de ellas, en malas condiciones y sin capacidad financiera para renovarse. Aun así, la administración municipal, cumpliendo un compromiso de campaña, decidió no entregar el futuro de la movilidad a intereses externos, sino tomar las riendas del transporte público de manera directa, tomar el toro por los cuernos.
La iniciativa “Aquí Vamos” no es una concesión a empresas privadas, sino un proyecto liderado directamente por el gobierno municipal. Dos rutas troncales, que ofrecerán el servicio de manera gratuita y que recorrerán la ciudad de oriente a poniente y de norte a sur, con camiones nuevos, mayor capacidad, accesibilidad universal y horarios extendidos. Este modelo será complementado con 32 rutas alimentadoras que reorganizan y optimizan el sistema existente.
A diferencia de subsidios disfrazados de concesiones, el apoyo financiero que otorga el municipio en este caso beneficia directamente al ciudadano. No se trata de fortalecer negocios privados, sino de garantizar un servicio digno, eficiente y gratuito para los usuarios. Se espera atender a más de 65,000 personas diariamente, con menos emisiones contaminantes y menos tráfico en las principales avenidas.
Además, el rediseño de rutas reducirá los costos operativos sin incrementar la tarifa, y se mejorará la calidad del servicio con operadores capacitados, turnos regulados por ley y vehículos en mejores condiciones.
En Saltillo, Javier Díaz nos demuestra que cuando hay voluntad política y visión de largo plazo, es posible transformar un problema urbano en una oportunidad para avanzar.
Así, el transporte público en Saltillo deja de ser una promesa y se convierte en una solución concreta, moderna y humana. Bien por Javier y bien por su equipo de trabajo.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.