Camino a Valinor

¿Se van a hacer, o no se van a hacer los aranceles?

Por: José Inocencio Aguirre Willars

¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.

Como todos sabemos, porque es un tema que está en prácticamente todos los espacios noticiosos del país, el presidente Donald Trump ha estado amagando en los primeros meses de su administración con la imposición de un arancel general del 25% a todas las importaciones provenientes de México.

Esta medida, presentada como una forma de presión para reducir la inmigración ilegal, para disminuir el tráfico de fentanilo y proteger la economía estadounidense, es por supuesto más perjudicial para México, pero traería también graves consecuencias, tanto económicas como políticas para los ciudadanos de Estados Unidos y, a su vez, afectar las aspiraciones de Trump en su posible reelección.

Uno de los efectos más inmediatos sería el aumento de precios en una gran variedad de productos. México es el mayor socio comercial de Estados Unidos, con más de $400 mil millones de dólares en bienes importados anualmente. Entre los productos más afectados estarían los automóviles, autopartes, productos agrícolas, electrónicos y bienes de consumo. Si se impone un arancel del 25%, muchas empresas trasladarían estos costos a los consumidores, encareciendo desde los vehículos hasta los alimentos básicos como tomates, aguacates y cerveza.

Empresas como Ford y General Motors dependen de cadenas de suministro que incluyen fábricas en México, por lo que un arancel elevado aumentaría sus costos y reduciría su competitividad frente a fabricantes de otros países. Esto podría derivar en pérdida de empleos en EE. UU., ya que muchas compañías optarían por trasladar su producción a otros países con menores costos.

El comercio entre ambos países es altamente interdependiente, y medidas proteccionistas como esta podrían generar represalias por parte de México, lo que afectaría las exportaciones estadounidenses. Agricultores estadounidenses, que dependen en gran medida de las exportaciones a México, podrían verse perjudicados si el gobierno mexicano responde con aranceles similares.

Más allá del impacto económico, la imposición de estos aranceles podría tener consecuencias políticas negativas para Trump. Primero, sectores clave de votantes republicanos, como los agricultores y empresarios industriales, podrían volverse en su contra si ven reducidas sus ganancias o afectadas sus operaciones.

Además, los consumidores en general enfrentarían un alza en los precios, lo que podría erosionar el apoyo de los votantes de clase media y trabajadores, quienes ya lidian con el costo de vida. Finalmente, la incertidumbre económica que generaría esta medida podría ser utilizada por los demócratas para argumentar que la política comercial de Trump es perjudicial para el país.

Por eso lo dicho en este mismo espacio, dudo muchísimo que el presidente Trump haga efectivas las amenazas, conoce bien las consecuencias, sin embargo, Trump el personaje seguirá con el show para beneplácito de quienes lo eligieron por eso.

El origen: La frase “Le fue como en feria” tiene su origen en las antiguas ferias populares, eventos llenos de juegos, espectáculos y atracciones, pero también de riesgos y situaciones caóticas. En muchas de estas ferias, especialmente en tiempos pasados, la gente podía ser víctima de robos, engaños en juegos de azar, accidentes en las atracciones o incluso peleas. Así, la expresión evolucionó para referirse a alguien que ha pasado por una experiencia negativa, llena de problemas o situaciones adversas. En la actualidad, se usa para describir a una persona que ha sufrido muchas dificultades en poco tiempo, como cuando alguien enfrenta problemas financieros, de salud o recibe una fuerte reprimenda.

Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.