Autocrítica

Saltillo, Coahuila / 6 junio 2018

Por: Hugo Díaz

Sigamos siendo sinceros como siempre lo hemos sido. A propósito de mañana siete de junio, ¿en cuántas ocasiones no nos hemos visto ante la oportunidad de traspasar la raya que divide la función del periodismo con el papel que juegan en la sociedad aquellos que no son comunicadores? Los que la hemos rebasado y conocemos las consecuencias sabemos que en la mayor de las veces la experiencia no resulta grata, pues la suprema corte del pueblo rápido cobra las facturas y señalan con índice de fuego.

Ejemplos de lo mencionado en la entidad hay muchos: periodistas señalados por estar coludidos con el crimen organizado, comunicadores que rentan su pluma y micrófono a políticos, reporteros que toman bando en un proceso judicial, comunicadores que rentan sus servicios a proyectos políticos jactándose de asesores, sin faltar los comunicadores metidos a puestos de elección popular queriendo desde ahí conservar todavía las bondades que da el ser periodista.

Para el sociólogo francés Pierre Bourdieu existen en el campo del periodismo los sensacionalistas, y los analistas. Los primeros con mayor influencia que los segundos, mantienen dos visiones distintas del periodismo de acorde a sus intereses específicos y se distinguen de los analistas por que buscan legitimar su trabajo en ventas remuneradas; en cambio los analistas buscan el reconocimiento de los colegas por acotarse a los principios y valores gremiales.

El uso de las redes sociales desde lo personal para un comunicador no le exenta de mantener la postura de la función que en la sociedad desempeña como un ente imparcial ante los hechos que le rodean, es decir, no podemos como periodistas denostar lo que desde lo personal en redes sociales enarbolamos y viceversa, debemos ante todo mantener por hablar de lo menos, la congruencia.

El periodismo coahuilense ha sido señalado en diversas ocasiones de estar en amasiato con el poder ejecutivo local desde los últimos 12 años según Gustavo Madero (recordar el “Madero me dijo palero”) y Pedro Ferríz De Con (Al llamar pendejo a un compañero) entre otros; a la par justo en estos dos sexenios los opositores al PRI han avanzado territorialmente como nunca antes, es decir hoy gobiernan más municipios y se quedaron a muy poco de hacerlo en el estado. Si Madero y Ferríz están en lo cierto, ¿será que nuestro periodismo ya no influye como antaño?, ¿estamos en un proceso de divorcio?, ¿qué motivó ese divorcio?. Una pregunta más: ¿tenemos ya pretendiente con promesa de matrimonio?

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