A la báscula
Movilizaciones
Julián Parra Ibarra
Alguien con un mínimo de prudencia y responsabilidad, debería conciliar el nuevo diferendo que se ha generado entre los gobiernos de México y Estados Unidos, tras los disturbios registrados en Los Ángeles, California por las redadas y las deportaciones masivas por parte del gobierno norteamericano en contra de indocumentados, particularmente de origen mexicano.
La secretaria de Seguridad Interior estadounidense, Kristy Noem, acusó durante una conferencia de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca, frente al presidente Donald Trump, que la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum había alentado a que se llevaran a cabo más protestas en Los Ángeles.
Esas declaraciones y la divulgación masiva de una imagen en la que se ve a un tipo ondeando una bandera mexicana con el rostro cubierto, parado encima de lo que parece ser una patrulla policiaca vandalizada, con huellas de humo y fuego como fondo, han servido para atizar más leña al fuego en el racismo y xenofobia impulsados por Trump contra los latinos, y en especial contra los mexicanos indocumentados en su país. La imagen, dicen expertos, corresponde a la película ‘El guasón’, y le fue montada con toda mala intención la bandera mexicana.
Ni Trump, ni Sheinbaum, ni Noem pagarán ninguna consecuencia por estos hechos, pero sí cientos, miles de mexicanos y sus familias radicados en los Estados Unidos. La violencia contra ellos puede escalar de manera peligrosa.
Lo de la secretaria de Seguridad Interior, nació de una declaración sacada de contexto, cuando refiriéndose al impuesto del 5 por ciento a las remesas enviadas por los mexicanos a sus familias en nuestro país, Sheinbaum hizo un llamado a nuestros compatriotas a enviar cartas, correos electrónicos, en sus redes sociales a los senadores para decirles que no estamos de acuerdo con ese arancel, “porque de ser necesario, nos vamos a movilizar porque no queremos que haya impuestos a las remesas de nuestros paisanos”.
El tema era otro, pero las palabras claves fueron ‘de ser necesario, nos vamos a movilizar’, que dicho en su momento, la presidenta se refería a movilizarse diplomáticamente, pero éstas fueron tomadas como una forma de alentar las movilizaciones de protesta que han llenado de violencia las calles angelinas.
Habrá que tener mucho cuidado con las palabras que se usan, pero en estos momentos hace falta un buen negociador, un buen conciliador, para evitar que siga creciendo el odio contra los mexicanos.
X= @JulianParraIba
