Tiempos de cambios
Saltillo, Coahuila / 17 julio 2018
Por: Julián Parra Ibarra
A partir del momento en que se reconoció el triunfo de Andrés Manuel López Obrador la noche del 1 de julio, a unas horas de haberse cerrado la jornada electoral, la vida política del país ha entrado en una vorágine en la que cada día, y si me apura un poco hasta cada hora, se registran hechos o declaraciones que están incidiendo y van a incidir en la forma de gobernar de este país, y en la vida misma del país en un futuro corto y mediano.
Desde que sus principales competidores en la lucha por la Presidencia de la República –José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez Calderón– salieron por distintos medios a reconocer su victoria, López Obrador asumió una actitud de primer mandatario, con todo y que en su discurso él mismo haya dicho que todavía no es el presidente electo, porque habría que esperar los tiempos a que el Tribunal validara la elección y el INE le entregara la constancia de mayoría.
En los hechos, sin embargo, las cosas han caminado por un sendero distinto, incluso guiadas por el propio Enrique Peña Nieto, quien a dos días de la elección se reunió con su virtual sucesor, en el lugar y el horario que éste definió, en un acto que fue considerado por muchos como el de la entrega del poder a quien legalmente todavía no es el presidente electo del país.
El propio Peña Nieto en los días siguientes bajó muchísimo su perfil, en la medida que López Obrador lo iba incrementando con una intensa agenda y una presencia mediática que le permitió tener los principales, y más espacios que el presidente en funciones, hasta que alguien le debió haber señalado que eso no era ‘políticamente correcto’, por lo que en uno de sus eventos el actual mandatario aclaró que él sigue siendo el presidente, hasta el 30 de noviembre.
El revire de Enrique Peña Nieto se dio a destiempo, porque hasta los propios ciudadanos están más interesados en las propuestas de nombramientos, de modificaciones o de nuevas leyes que enviará López Obrador al Congreso, que lo que pueda decir el presidente en funciones. El virtual próximo mandatario sigue, como lo comentamos en una entrega anterior, con una exposición mediática intensa, que en un momento dado le puede provocar un desgaste innecesario.
No recuerdo un mandatario que con tanto tiempo de anticipación haya presentado tan abiertamente todas sus cartas como lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador, como tampoco recuerdo a un virtual ganador de la elección, apropiarse con tanto tiempo de anticipación del escenario político desde cinco meses antes de tomar posesión.
Estos son tiempos de cambios, y sin lugar a dudas que éstos seguirán y se incrementarán a partir del 1 de diciembre.