Oídos sordos
Por: Julián Parra Ibarra
La semana pasada en este mismo espacio, expusimos el caso del niño Luis Mario Gutiérrez quien sufrió un terrible accidente mientras entrenaba baloncesto en el patio de la escuela Secundaria Federal N° 5 de Torreón, como parte de su clase de educación física, cuando el poste que sostiene uno de los tableros se le vino encima y le golpeó la espalda. En su paso por la Cruz Roja donde, pese a las radiografías, no le detectaron el daño tan severo en su médula espinal.
Por fortuna el pequeño de apenas 13 años de edad, fue atendido en el Hospital Universitario, donde su actual director, el doctor Salvador Chavarría, está haciendo un gran trabajo de profesionalización, capacitación y especialización de todo el personal de la institución, con una alta dosis de humanismo y sensibilidad. Ahí Luis Mario fue intervenido el lunes de la semana pasada, y justo este martes inicia su proceso de rehabilitación.
En la entrega de la semana pasada, hicimos un llamado a distintas autoridades de los tres niveles para que pudieran apoyar a Luis Mario y a su familia para enfrentar esta inesperada tragedia. En Coahuila, se supone, existe el programa de seguro escolar que ofrece atención hospitalaria gratuita para alumnos de todos los niveles que sufrieran accidentes que requirieran hospitalización. La cobertura –otra vez, se supone- abarca los accidentes ocurridos dentro de las instituciones educativas, así como en el trayecto de ida y vuelta casa-escuela-casa, e incluso en instalaciones externas a los planteles cuando se trate de alguna actividad oficial.
Autoridades de la escuela reaccionaron y respondieron por la cuenta del hospital, pero a partir del momento en que fue dado de alta, se han vuelto ‘ojo de hormiga’ e incluso ya ni toman las llamadas de la familia del menor. Como las avestruces, han optado por esconder la cabeza debajo de la tierra.
Del Estado no hubo ninguna respuesta en el llamado de apoyo. De donde sí hubo respuesta fue de Astrid Casale, la presidente honoraria del DIF Torreón, que de inmediato giró instrucciones y se puso en contacto con la familia para ofrecerle el apoyo necesario a Luis Mario. No se trata de hacerse cargo del menor y su familia, sólo se pidió apoyo para que la familia pudiera enfrentar la tragedia, habida cuenta de que sus condiciones económicas no son las más óptimas.
Qué pena que cuando los más desprotegidos requieren de una mano, algunos prefieren prestar oídos sordos y voltear hacia otro lado.
@JuliánParraIba