Senado tiene que abrir sus puertas a las víctimas, reconoce legislador
Por Roxana Romero
México, 29 Ene (Notimex).- El Senado mexicano tiene una gran deuda con el pueblo y con las víctimas, por lo que se tienen que abrir las puertas a las víctimas, consideró el senador Clemente Castañeda.
El legislador acudió como invitado al taller “La Política de Seguridad Pública en México: ¿qué ha fallado?”, donde los hermanos Julián y Adrián LeBarón expusieron su caso, en el que nueve integrantes de su familia fueron acribillados y calcinados el 4 de noviembre pasado en Bavispe, Sonora.
“Lo primero que tenemos que hacer es abrir las puertas del Senado a las víctimas y ponernos a trabajar intensamente en todos estos elementos de justicia transicional”, opinó el legislador.
Explicó que un elemento fundamental en la lucha contra la violencia es no renunciar al derecho a la memoria y criticó la falta de herramientas que existen en el país para alcanzar la verdad, pues no existen instrumentos de justicia transicional para garantizar el derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación del daño y de no repetición.
“Eso no existe en México, estamos prácticamente en pañales e intentando enfrentar una realidad complicada, desgarradora que nos rebasa todos los días sin instrumentos. Tenemos un balde de agua para apagar un incendio”, expuso.
Asimismo, criticó que las instancias que deberían atender este tema de parte del Estado mexicano estén más preocupadas en “cómo silenciar y cerrar las puertas en lugar de abrirlas”.
En su intervención, Julián LeBarón mencionó que a lo largo de los últimos 15 años se ha visto a la violencia florecer, pero hemos acudido a estrategias equivocadas para combatirla.
“Es un problema social en el que todos hemos abandonado la responsabilidad de cuidarnos los unos a los otros (…) tenemos que asumir una responsabilidad como ciudadanos y ver cómo uniremos fuerzas para sacarnos de la violencia. Superar diferencias políticas. Necesitamos actos compasivos, reconciliación y unidad”, expresó.
Añadió que, si se le deja a la Guardia Nacional o al Ejército completamente la tarea de combatir la violencia, “vamos a tener un soldado en cada esquina y se va a terminar nuestra libertad”.
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