México, un país determinante en la delincuencia organizada internacional

La globalización no sólo es en temas económicos, políticos, tecnológicos, climáticos  y bélicos, sino también en asuntos delictivos, y México figura como uno de los primeros países en este tema.

La extradición de presuntos criminales  a Estados Unidos, entre ellos, Joaquín Guzmán Loera, y la captura del ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, detenido en Italia y trasladado a Estados Unidos y no a México, dan cuenta de ello.

Al respecto, el internacionalista, Mauricio Meschoulam dijo a Capital Media que los cárteles mexicanos tienen una influencia relevante en el mundo, no sólo por los temas del narcotráfico, sino por el tráfico de armas, trata de personas, entre otros crímenes de índole internacional.

En el tema del narcotráfico destaca la sierra de Guerrero en México, que es el segundo productor de amapola en el mundo después de Afganistán.

La relevancia es la vecindad con EU, que concentra el mayor mercado de consumidores de opioides. México tiene la oferta ilegal del opio y todos sus derivados y Estados Unidos la demanda.

 Norteamérica tiene un problema crítico de mortandad por sobredosis de opioides que ha sido catalogada como una epidemia y problema de salud pública.

“Tienes el mayor mercado de drogas y esto genera condiciones de demanda muy importantes, se genera un incentivo por la cantidad de negocios, por la alta productividad de este tipo de negocios se genera un incentivo para que ciertos actores busquen satisfacer esa demanda, y ahí está México compitiendo con otros países”, dijo.

Por ello -explicó el doctor en derecho internacional – es la crisis de seguridad pública que se vive en Guerrero, y en otras latitudes del país, donde diversos grupos pretenden controlar la producción y la ruta para el tráfico y distribución de dicha droga a los EU.

“Son actores no estatales de carácter violento que tienen posibilidad de florecer gracias a condiciones locales, florecen, pero cuyas operaciones no se limitan al territorio nacional”.

“La crisis de opiáceos y opioides en Estados Unidos es solamente un ejemplo de cómo estas organizaciones tienen que generar redes a través de las fronteras para lograr distribuir sus recursos, por lo tanto, no se convierten solamente  en el problema de un país como México sino que se vuelve un tema internacional, y aquí ha habido un problema de enfoque”, dijo.

La Organización de la Naciones Unidas (ONU) informó que los grupos criminales se han diversificado, y ya no responden a una sólo estructura y mando criminal como en el pasado.

Actualmente  son grupos locales que responden a sus propias reglas, aunque son más violentos, y se dedican a toda una gama de crímenes.

Asimismo, el narcotráfico ya no es la única actividad de estos grupos sino que se dedican al secuestro, extorsión, trata de personas,  robo, tráfico de armas, y ahora han despuntado los ciberdelitos y los crímenes ambientales, entre otras, refiere el Informe Mundial Sobre las Drogas 2017 de la ONU.

Sin embargo, el especialista explicó que aunque este fenómeno va en aumento, en México aún prevalecen los grandes cárteles -con presencia internacional- que se apoyan en bandas locales para controlar el territorio.

“México todavía tiene grupos, cuenta con importantes grupos criminales con operaciones trasnacionales muy importantes. Es correcto que los casos de Tomás Yarrington y Joaquín Guzmán Loera sean un ejemplo de esta criminalidad, son temas esencialmente internacionales que se aprovechan de condiciones locales para florecer”.

El integrante del Centro de Investigación para la Paz México A.C, explicó que una de las causas por las que la Unión Americana exigió la entrega de Guzmán Loera fue para establecer cuál es la ruta de venta y distribución de droga que utilizan los cárteles mexicanos, no sólo en territorio nacional, sino en Estados Unidos y Europa.

“Seguramente habrá negociaciones, pero también intervienen otras cuestiones políticas, y aquí lo que hay que entender sobre todo en esencia es cómo estos flujos nos afectan  a todos, afectan a Estados Unidos pero también a México, a Canadá, Europa y otros países”.

Y aunque la delincuencia internacional lleva varias décadas en el mundo, lo que es más relevante es que desde el 2006 se ha caracterizado por la enorme violencia—sin olvidar la década de los ochentas y noventas en Colombia—.

“Pensando en drogas,  hay grandes flujos de oferta y de demanda y entonces corren transnacionalmente, utilizan mecanismos de lavado de dinero, tráfico de armas con redes transnacionales; desde el momento en que tiene operaciones no solamente en un país sino a través de la fronteras”

“Llámese Estados Unidos o Colombia, Guatemala, no importa, desde el momento en que hay este tipo de operaciones ya es internacional el problema, y por lo tanto no basta solamente hacer un enfoque meramente local, se tiene que pensar en un enfoque colaborativo internacional”, dijo.