En México, la prevalencia del autismo, según datos del primer estudio en el país sobre la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista (TEA), es de 94 mil niños entre cero y cuatro años de edad, y 298 mil entre cinco y 18 años viven con ella.
El tratamiento requiere un enfoque multidisciplinario, de ahí que en México existe un robot con forma de oso desarrollado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus Ciudad de México, llamado TeCO, bajo la premisa de apoyar al tratamiento a través de la Inteligencia Artificial (IA) combinada con los más recientes estudios psicológicos sobre la condición.
TeCO es un pequeño dispositivo de 50 centímetros de altura, dotado de rostro, con un programa basado en la IA, cámaras y motores que le permiten registrar, interpretar y responder a los estímulos que le ofrecen los niños autistas, con el propósito de enseñarles las reacciones que ellos por su condición, no son capaces de registrar y representar.
El líder del proyecto, el doctor Pedro Ponce Cruz, indica que el desarrollo de TeCO es una de las aplicaciones sociales de la tecnología de punta; el investigador señala que el robot, por medio de los sensores con los que cuenta, registra las actitudes y gestos de los niños autistas y, en función de lo que ellos ofrecen, da una respuesta: “detecta intenciones, como mover un brazo o un gesto; incluso si el pequeño lo agrede o toca su nariz, TeCO, analiza los datos y reacciona con sonidos o gestos que empujan a su ‘interlocutor’ a aprender dicha reacción e interiorizarla, pero no lee el pensamiento, es un aparato que permite un mejor tratamiento del TEA y, que, esperamos en algún momento cueste lo mismo que una tablet”.
La psicóloga Denin Grammatikov (una de las desarrolladoras de TeCO) señala que la premisa del robot se basa en la suposición de los niños con TEA reaccionan con mayor facilidad a la tecnología, pues para ellos es predecible, no así el comportamiento de un ser humano, situación que los estresa y bloquea la interacción; desde el inicio del proyecto, en 2012, hasta la fecha, el robot para sonreír es un apoyo en la clínica universitaria que atiende a niños con TEA; los “padres” de TeCO señalan que la intención es enseñar a los niños a reconocer expresiones y desarrollarlas, de tal suerte que diariamente el robot apoya en la consulta diaria de 15 a 20 niños.
Ponce Cruz indica que se busca hacer accesible el costo de TeCO, pues hasta el momento su desarrollo costó 20 mil pesos, pero el investigador señala que espera que su precio logre disminuir a tres mil pesos.
Empoderamiento
Este año, la celebración está enfocada en el empoderamiento de las mujeres y niños con autismo, con el ánimo de involucrarlos, en la política y en toma de decisiones en sus comunidades.
El 2 de abril fue instaurado por la ONU, con base en la resolución 62/139 del 18 de diciembre de 2007, tomando como base la consciencia de que el autismo es un espectro permanente del desarrollo cuyas causas se desconocen y afecta el desarrollo neurológico del individuo, que se presenta en cualquier parte del mundo sin distinción de nacionalidad, raza o credo; de allí la importancia de dimensionarla, no como una enfermedad sino como una condición permanente, que limita pero no restringe el desarrollo de la persona.