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El diagnóstico de autismo en niños aumentó en 17 por ciento en el mundo, debido a que ahora se detecta con mayor eficiencia, a agentes externos como el uso de ciertos fármacos, predisposición genética y contaminación ambiental, señaló investigador Jorge Manzo Denes.
Sostuvo que de 68 nacimientos que se dan en el mundo, uno es diagnosticado con autismo, enfermedad que por razones que no se comprenden del todo se encuentra al alza, indicó el coordinador del Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana.
En un comunicado, señaló que la cifra corresponde a estadísticas de países desarrollados sobre este padecimiento.
En el marco del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se celebra este 2 de abril, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para ser observado todos los años a partir del 2008, el especialista en neurobiología comentó que “la conmemoración sirve para concientizar”.
En ese sentido, dijo, la clase política y la sociedad “necesitamos hacerle frente al autismo, ya que no existe ni siquiera un estimado oficial de cuántas personas la padecen en el país; parte de esa concientización va encaminada a que se generen los datos que permitan hacer política pública.
Detalló que el autismo es una enfermedad que se diagnostica después de los tres años de edad, se presenta más frecuentemente en niños que en niñas (4 niños por 1 niña) y se mantiene el resto de la vida.
Los síntomas son dificultad para socializar y comunicarse gestual y verbalmente, presentar poco interés en actividades y mostrar patrones repetitivos de conducta.
“La celebración tiene un significado muy importante porque a pesar de que el autismo se describió desde 1943, hemos observado que la proporción de niños que presentan este trastorno es cada vez más elevado y esto se debe probablemente a que ahora hay mejores técnicas de diagnóstico o porque está creciendo la población con la enfermedad”, abundó.
El integrante de la Academia Mexicana de Ciencias sostuvo que dentro de los factores que inducen el autismo se encuentran medicamentos como el Valproato, un anticonvulsivo para personas epilépticas, el cual no se puede recetar durante la gestación ni cuando el bebé está en lactancia, así como la Talidomida, que se prescribía para calmar las náuseas durante el embarazo.
Sin embargo, destacó que “hacen falta más estudios sobre otros diferentes fármacos y contaminantes que hay en el ambiente, además de la predisposición genética, área en la que se han identificado más de 300 genes cuya mutación lleva a expresar características autistas”.
El padecimiento neurobiológico tiene un origen genético, pero también intervienen factores ambientales como tener contacto con químicos tóxicos, metales pesados, pesticidas y antibióticos.
OPB