En aquella reunión, a inicios de febrero, con dirigentes de su campaña y de la estructura de Morena en Querétaro, Andrés Manuel López Obrador aseguró que no respondería a lo que llamó bravuconadas de otros aspirantes presidenciales que lo retaron a debatir abiertamente, porque “nos quieren dañar… Así piensan remontar su desventaja en las encuestas”. Pero desde ayer, sus cercanos, al igual que los equipos de las otras coaliciones, iniciaron los preparativos para el primer debate oficial que será en tres semanas. El banderazo lo dio por la noche la Comisión Temporal de Organización de los Debates del INE, al aprobar el formato y los temas que el Consejo Nacional deberá ratificar o corregir este jueves 5 de abril.
Marco Antonio Baños y Benito Nacif, por separado, dibujaron los consensos alcanzados para el primero de los tres debates programados, con los representantes de candidatos a la Presidencia de la República: habrá tres moderadores, que podrían ser Azucena Uresti, Leonardo Curzio y Denise Maerker; los temas serán entre cuatro o cinco y se basarán en encuestas sobre algunos de los principales problemas nacionales: seguridad, corrupción, pluralismo, democracia y, probablemente, combate a la impunidad.
El frenesí
Dentro del INE trabajan a marchas forzadas, además de lograr consensos y completar la infraestructura en el Palacio de Minería. Nacif anunció que, como presidente de la Comisión de Radio y Televisión, acudirá con los miembros de la Cámara de la Industria de la Radio Y Televisión con la finalidad de acordar “la cobertura del debate en cuanto a la modalidad de transmisión y que todos tengan la misma modalidad”.
En los equipos operativos de las tres coaliciones ya se inició también la fase de compilación de datos y ejercicios de sombra sobre preguntas y respuestas posibles, como lo confirma el anuncio de Ricardo Anaya – ayer mismo en su conferencia mañanera– de que el vocero de su campaña, Fernando Rodríguez Doval, ha trabajado con el INE en la preparación del debate y su participación como candidato del Frente por México. Acción similar realizaron representantes de López Obrador y Meade Kuribreña.
Las bravuconadas
Desde que el proceso electoral se inició formalmente aparecieron escarceos para debatir abiertamente y se intensificaron en la fase de intercampañas. José Antonio Meade y Ricardo Anaya intercambiaron afirmaciones, incluso insultos relacionados con el patrimonio del joven panista, después ambos han retado públicamente a López Obrador con temas como el del “tigre que no frenará”, del aeropuerto de la Ciudad de México.
Los preparativos del primer debate ya se extendieron a los equipos de los candidatos presidenciales, incluido López Obrador, quien desde el origen aceptó participar únicamente en éstos, que son los oficiales, no obstante que tiene más riesgos. Ha bromeado: “me quieren echar montón”.