Coahuila / 04 de Abril de 2019
Por: Alberto Gómez
Era casi media noche y la gente se preparaba para dormir, sin imaginar lo que la naturaleza les tenía preparado aquel domingo 4 de abril. Una venida del río Escondido, con más de 45 millones de metros cúbicos de agua, arrasó con un sector de 7 mil habitantes. Villa de Fuente estaba bajo el agua.
Aquel fatídico día, una lluvia atípica dejó 20 pulgadas de agua en la Serranía del Burro, en el municipio de Múzquiz -a unos 150 kilómetros de la frontera-, que con otras precipitaciones en esa región, sumaron poco más de 35 pulgadas, que junto con lo acumulado en los cauces, crearon una masa de más de 45 millones de metros cúbicos que se desplazó por los ríos Sabinas, San Antonio y Escondido, éste ultimo, el que mayor fuerza tomó, pegando con violencia en los sectores de Villa de Fuente, Periodistas y Presidentes, en Piedras Negras.
Las autoridades locales fallaron, nadie avisó y la gente perdió todo, algunos, hasta a sus seres queridos.
Eran las 10 de la noche y el caos se había apoderado de los habitantes de ese sector, al norte de la ciudad. La creciente de más de un metro recorría las calles arrasando con todo a su paso, incluso, hasta con la esperanza de muchos villafontinos que veían cómo poco a poco se inundaba su vivienda.
Elementos de la policía estatal, atendieron el llamado de la ciudadanía y recorrieron las calles para rescatar a las personas que no habían alcanzado a salir, pero hubo quienes se resistieron y prefirieron quedarse en sus viviendas.
Los albergues se saturaron y las autoridades locales no se daban abasto, no estaban preparadas para una contingencia de tal magnitud.
Los nigropetenses, solidarios, se sumaron a las tareas de rescate y ayuda y apoyaron con alimento, cobijas y artículos personales para los miles de damnificados que se habían quedado sin nada.
Muerte y desolación
Al día siguiente la escena fue desgarradora: Casas completamente destruidas, decenas de árboles derribados, vehículos encima de otros, y de viviendas, cuerpos sin vida regados por la zona, aun húmedos. Sólo la cruz de la icónica iglesia quedó intacta, a pesar de que los cimientos habían sido afectados.
La gente no daba crédito a lo ocurrido, entre lágrimas, resguardaban lo que había quedado de su patrimonio.
Según las cifras oficiales dadas por Claudio Bres, alcalde de Piedras Negras en 2004 y actual edil de esta frontera, fueron 38 muertos y siete desaparecidos; 750 viviendas dañadas y más de 7 mil damnificados.
Aunque los afectados tienen otra cifra, hay quienes aseguran que hubo más de 150 muertos y cientos de desaparecidos. La magnitud de la tragedia parece darles la razón.
Viven con temor
El 04/04/04 nunca se olvidará, ni se borrará de la mente de las personas que sufrieron esta tragedia causada por un fenómeno meteorológico que no pudo ser contemplado a tiempo por las autoridades para prevenir a la ciudadanía.
Lorena estaba a punto de cumplir 15 años, su familia ya tenía preparada su fiesta, pero el agua destruyó su vivienda y le arrebató su ilusión.
“Fue todo muy rápido, de pronto vimos cómo iba entrando el agua por debajo de las puertas, salimos casi corriendo pero era mucho el caos, todos querían abandonar la colonia y se congestionaron las calles; veíamos cómo la corriente iba arrasando todo a su paso en las zonas que pegó con mas fuerza”, recordó.
Hoy, a 15 años de aquella tragedia, cada que se presentan lluvias intensas en este sector, resurge el temor de que una catástrofe de este tipo se vuelva a presentar.
Aunque se ha recuperado y Villa de Fuente está avante, el dolor sigue latente y en estas fechas, el recuerdo aviva las desgarradoras imágenes de aquel domingo que marcó la vida de miles de personas.