Sigue la venta de comida chatarra

Zarza Aguilera, Guadalupe Pérez, Moisés Santiago, Víctor Barrón
Chicharrones, yukis, gomitas, dulces y otras frituras siguen a la vista al exterior de algunas escuelas, a pesar de que entró en vigor la prohibición federal que busca eliminar la comida chatarra en instituciones de educación básica. La medida, impulsada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), tiene como objetivo combatir la obesidad infantil, pero enfrenta obstáculos en su implementación.
En Saltillo, un recorrido por el Centro Histórico evidenció que vendedores ambulantes siguen ofreciendo productos poco saludables especialmente a la hora de la salida de los estudiantes. Algunos comerciantes incluso optaron por colocarse a unas cuadras de distancia o recorrer calles cercanas para evitar ser detectados.
Padres de familia y docentes expresaron opiniones divididas al respecto. Mientras algunos consideran la medida un avance importante en el cuidado de la salud infantil, otros creen que el reto real está en educar desde el hogar sobre hábitos alimenticios saludables.
En Monclova, la situación se replicó. A pesar de la normativa, vendedores de comida chatarra continuaron ofreciendo productos al exterior de la Escuela Moderna. El director de Servicios Educativos en la región centro, Abraham Segundo González, advirtió que se coordinarán con autoridades municipales para vigilar el cumplimiento de la ley.
En la región carbonífera, específicamente en la escuela primaria Amado Nervo, de Múzquiz, la profesora Luz Elena Ojeda Sandoval afirmó que ya comenzaron con la implementación de menús saludables, destacando el compromiso de los docentes para promover una alimentación equilibrada entre los estudiantes.
En Torreón, la Escuela Primaria “Gral. Lucio Blanco” ha comenzado la capacitación de su personal para ofrecer opciones saludables en la cooperativa escolar. La directora Nalleli Gámez Torres mencionó que la propuesta incluye alimentos como pan integral, frutas y aguas naturales, dejando de lado productos ultraprocesados.
“El fin es cuidar la salud de los niños, evitar enfermedades que luego en la adultez aparecen, lo que es el cáncer, la diabetes y todo esto para prevenir con una sana alimentación”, explicó Gámez.
Sin embargo, también reconoció el impacto en los vendedores informales, quienes tradicionalmente ofrecen alimentos chatarra en las cercanías de las escuelas. “Entendemos que la economía de ellos depende mucho de las ventas que tienen a las afueras de la escuela, pero también una de las indicaciones que recibimos es que 20 metros a la redonda del plantel no pueden estar ellos”, detalló.