San Rafael, una comunidad en reconstrucción tras mega incendio
Los árboles carbonizados, el suelo que aún permanece negro como un recuerdo de la tragedia y una triste postal de la Sierra Madre Oriental, enmarcan la memoria que los traslada a un 16 de marzo del 2021 cuando los miles de árboles lloraron mientras se consumían entre dantescas llamaradas.
LESLIE DELGADO
A un año de que más de 3 mil hectáreas fueran consumidas por un voraz incendio en el paraje La Pinalosa, en Arteaga, la reconstrucción ha sido la parte más difícil de hacer.
Para los habitantes del poblado de San Rafael, ubicado a 79 kilómetros de Saltillo, este proceso ha implicado volver a sus raíces para nuevamente erigir sus hogares desde los cimientos, siendo sus principales materiales la esperanza y la resiliencia.

Durante este tiempo la comunidad ha permanecido deshabitada debido a que los residentes tuvieron que ser evacuados al verse envueltos en peligro por el siniestro abandonando toda una vida en un lugar que ha sido marcado por uno de los ecocidios más graves que se han registrado en los últimos años. Únicamente queda un grupo de pobladores, algunos otros solamente regresan cada fin de semana para monitorear el progreso de sus nuevas viviendas.
Los árboles carbonizados, el suelo que aún permanece negro como un recuerdo de la tragedia y una triste postal de la Sierra Madre Oriental, enmarcan la memoria que los traslada a un 16 de marzo del 2021 cuando los miles de árboles lloraron mientras se consumían entre dantescas llamaradas.

Particularmente la familia Montalvo ha permanecido en San Rafael desde hace 104 años, generación tras generación han sido parte activa del poblado. Con sentimientos encontrados y un semblante de templanza Yesenia Vázquez Esquivel recuerda aquel día en que las llamas tocaron la puerta de 16 familias.
“Mis tíos decían: ‘que se quemen todas las casas, pero que no se quemara el bosque’, perdimos un gran pulmón de Coahuila y Nuevo León y la verdad todavía nos falta mucho, cuando veo algo verde me emociono, porque de hecho he ido a caminar hacia arriba y veo los pinitos resurgiendo, quisiera que mis ojos vieran como estaba hace un año, son muchas emociones porque no nada más perdimos sierra sino también vida. Pero vamos a seguir trabajando para que tan siquiera vuelva hacer un poquito de lo que era, no puedo expresar lo que siento, es algo muy triste”, relató.

Después de dos meses de que pasó la catástrofe, la mitad de los pobladores ya no regresaron debido a que prácticamente no tenían dónde vivir puesto que fueron pocos los inmuebles que sobrevivieron al intenso fuego. Motivada por ayudar a los habitantes de la comunidad, Yesenia se contactó con diversas asociaciones para buscar la manera de rehacer las viviendas perdidas.
“La verdad ha sido un proceso bien pesado, desde el primer día en que empezó el incendio aquí estuvimos, trabajamos por casi tres semanas hasta las 11:00 de la mañana y después desde las 7:00 de la mañana comenzábamos y hasta el segundo mes gracias a Dios nos encontramos con Amigos de la Sierra y otras organizaciones que también los apoyan a ellos de Nuevo León, se quemaron 16 casas, y un aproximado de 440 hectáreas que se perdieron de bosque en esta zona logramos que ocho casas fueran reconstruidas y nos donaron el material”, detalló.

“Las asociaciones vinieron a conocer La Galera, donde hace más de 100 años mi tatarabuelo la construyó y es de piedra, entonces se dieron cuenta que no se quemó y ellos se fueron por ese diseño, excavaron un metro y colocaron piedra, se puso adobe porque la madera evidentemente no es recomendable, colocaron techo de láminas especiales para que la gente vuelva a habitar este rancho”, agregó.
Según los expertos, la tierra tiene que sanar para que se pueda iniciar un proceso de reforestación en las áreas afectadas, incluso hay expertos que dicen que la misma naturaleza tiene que regenerarse por sí misma sin ninguna intervención humana.

Lo que sigue para San Rafael
Actualmente la reconstrucción de ocho viviendas lleva un avance del 50 por ciento en los predios más afectados, las organizaciones Techo, Pico Norte, Arquitectas Mx, Cáritas de Monterrey, la Cumbre Cotidiana entre otras, se sumaron donando el material necesario para la edificación de las nuevas casas, asimismo cada familia costea los gastos de la mano de obra.
No obstante, los habitantes han tomado sus precauciones para evitar que siniestros como el que ocurrió en el 2021 se vuelvan a presentar exhortando a los visitantes a no prender fogatas ni utilizar productos inflamables; “queremos que nos sigan apoyando porque estas asociaciones nos ayudaron sin conocernos, y lo que me gustó es que no les importó qué cuartito sea todo fue parejo y apoyemos a conservar nuestro bosque” expresó.

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la entidad arrastra un historial de 532 mil 129 hectáreas dañadas en los últimos 30 años por el fuego, en este caso se requieren mil 300 árboles por hectárea dañada. En cuanto a la situación geográfica de Coahuila, los bosques son de vital importancia porque absorben el agua de lluvia y le ayudan a recargar mantos acuíferos. La deforestación ha elevado la temperatura y resecado el suelo provocando severos deterioros desembocando en derrumbes y otro tipo de desastres naturales.
Especificaciones técnicas de las viviendas
- Construidas con piedra, ladrillo y adobe
- Tienen una dimensión de 10 metros por 4 metros
- Cuentan con una cocina, un cuarto amplio y un baño



