Por: David González
Con casi 300 años de historia que ha pasado sobre su atrio, la iglesia de Santa María en la hacienda del mismo nombre en Ramos Arizpe busca ser rescatada del olvido, pues ahora sólo se ve el casco de lo que antes era la capilla en la cual el cura Miguel Hidalgo, Padre de la Patria, ofició su última misa según los historiadores en 1811.
Pese a la insistencia de autoridades de que el templo aún está en buenas condiciones, ya se ve sin ser conocedor los daños que el tiempo y el descuido han cobrado a este patrimonio histórico de México.
El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Francisco Aguilar Moreno, reconoció que se han detectado humedales y plagas de ardillones (mamíferos que roen la madera), que tienen que ser atendidas.
Desestimó los señalamientos de que el templo esté derrumbándose, pues dijo que estas construcciones fueron hechas para durar más de los tres siglos que tiene.
La Hacienda de Santa María quedó enclavada en medio de un corredor industrial, donde lejos de sus sembradíos y huertas de hortalizas de antaño, está rodeada del asfalto y la modernización industrial, siendo el último vestigio en esa zona de la época de la independencia.
En 1721 este templo fue terminado, según se puede ver en una placa grabada por el cantero Manuel de la Peña y que fue construido de adobe y madera, y que declarado por el gobierno federal patrimonio histórico.
Sin embargo, los muros y tablones empiezan a ceder con los años y las goteras y humedales en sus laterales han dejado huecos que, a decir de los expertos, provocó que fauna como los ardillones cavaran hoyos para hacer sus madrigueras.
En esta iglesia, que cumplirá 300 años de ser edificada, se encuentran tesoros valiosos para la historia como retablos de principios del siglo XVII, cuadros de escenas marianas, así como algunos pobladores de la zona que fueron inhumados bajo las tapias del templo como se usaba antes.
Esta iglesia también fue señalada como una de las últimas paradas del cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien utilizó este atrio para oficiar lo que sería su última misa antes de ser detenido en Acatita de Baján.
Aguilar Moreno informó que ya se reunieron con gente del patronato para valorar y realizar el proyecto de restauración que podría alcanzar los 4 millones de pesos.
Debido a que la hacienda y su iglesia quedaron en medio del parque industrial, llamó a los empresarios a que cooperen para rescatar este valioso pedazo de historia.