LESLIE DELGADO
La misa de este domingo tuvo un propósito especial: elevar plegarias a Dios para que lleguen las lluvias y ayuden a sofocar los incendios activos en la Región Sureste de Coahuila.
El obispo González García no dudó en manifestar: “¡Que Dios se apiade de nosotros!” al hablar sobre los incendios forestales que han causado daños al medio ambiente.
“Estamos pidiéndole a Dios el don de la lluvia para campos y ciudades es un acto de fe y esperanza y sobre todo de urgencia. Aunque tenemos mucha ciencia, tecnología y recursos. Algunos de estos incendios se han extendido y están amenazando a las poblaciones; le pedimos a Dios que se apiade de nosotros y que les ayude a los brigadistas con un poco o mucho de lluvia para que se sofoquen estos incendios”, ahondó.
Añadió, si bien este tipo de desastres naturales no deben considerarse como apocalípticos para la religión católica, la feligresía requiere de hacer una introspección y análisis de sus acciones sin dejar de lado los estragos que ha dejado el cambio climático en el planeta.
“Los signos de los tiempos refieren en las circunstancias que hemos estado viviendo como el mensaje, el anuncio, la presencia de Dios. Yo creo que estos signos no son necesariamente apocalípticos, siempre ha habido guerras, hambre, pero nuestra fe católica si nos dice con base a las enseñanzas de Jesús ‘estén atentos a los signos de los tiempos’ lo que pasa en el cielo, la tierra, en la naturaleza y descubran ahí el mensaje de Dios”, concluyó.