Productos ‘milagro’, la trampa mortal

LAURA ESTRADA
Con publicidad de boca en boca o a través de redes sociales, se ha incrementado la venta y el consumo de los llamados productos “milagro”, que prometen efectos positivos en la salud o la pérdida de peso. Sin embargo, la mayoría de estos productos no cuenta con los permisos emitidos por autoridades sanitarias, ya sea nacionales o internacionales.
Iván Alejandro Moscoso González, Subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades en Coahuila, detalló que todo producto consumible por el ser humano debe contar con un registro sanitario, el cual implica una serie de procesos que garantizan que no representa un riesgo para la salud. En contraste, los llamados productos milagro no cuentan con estudios clínicos ni procesos sanitarios o de conservación, lo que incrementa la probabilidad de generar efectos nocivos en quienes los consumen.
Explicó que, a través del área de Regulación y Fomento Sanitario, la Secretaría de Salud en Coahuila realiza una revisión constante de redes sociales para identificar productos sospechosos. En caso de ser localizables en un establecimiento fijo, se lleva a cabo una visita de verificación.
De no contar con los permisos necesarios, se procede a suspender el establecimiento o a cancelar la distribución del producto. No obstante, advirtió que la red de publicidad y distribución se ha vuelto más compleja, abarcando espacios como mercaditos comunitarios o ventas de garaje, donde se comercializan estos productos de forma irregular, muchas veces por desconocimiento de los requisitos legales.
Entre los artículos más comúnmente distribuidos de manera informal se encuentran productos cosméticos, herbolarios y multivitamínicos. Aunque existen sanciones y medidas de aseguramiento, resulta difícil actuar cuando las ventas se realizan a través de redes sociales o en puntos de venta no establecidos, añadió el funcionario.
Moscoso González indicó que la dependencia cuenta con una mesa de trabajo permanente encargada de la búsqueda intencionada en redes sociales y canales de distribución informales. “Mucho del trabajo se ha realizado en mercaditos de colonias; la mayoría de los productos son de consumo cotidiano, pero en ocasiones también se han localizado medicamentos o suplementos sin credenciales sanitarias, lo que ha derivado en la suspensión del establecimiento y el aseguramiento del producto para reducir el riesgo sanitario”, detalló.
Finalmente, señaló que esta labor se lleva a cabo a través de las distintas jurisdicciones sanitarias del estado, siendo Saltillo y Torreón las regiones donde se han registrado el mayor número de aseguramientos.
Por su parte, Juan Humberto Cantú García, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 02 en Acuña, informó que en esta frontera se tiene registro de tres hierberías, una farmacia especializada en suplementos alimenticios y el resto de los establecimientos clasificados como farmacias.
Indicó que estos comercios cuentan con la regulación de la Secretaría de Salud y de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Sin embargo, advirtió que podrían existir otros establecimientos que operan sin la regulación correspondiente, debido a las condiciones descritas anteriormente.
Como médico, precisó que ante cualquier recomendación relacionada con el uso de suplementos alimenticios, debe existir una evaluación médica previa, ya que es común encontrar productos ofrecidos como alternativa para el tratamiento de enfermedades como la diabetes o la hipertensión, lo que representa un riesgo para la salud y posibles daños a órganos vitales.
“Crees que vas a bajar de peso, pero solo te daña”: testimonio
Deyanira Alemán Carrero, como muchas otras personas, recurrió durante un tiempo a los llamados productos “milagro” para bajar de peso. En su caso, consumió tés relajantes y suplementos para inhibir el apetito, promovidos como soluciones rápidas para controlar la ansiedad y reducir medidas. Al principio, dice, los resultados fueron evidentes, pero con el tiempo, su cuerpo dejó de responder.
“Hubo un tiempo en el que ya el cuerpo no respondía a los efectos que tenía al principio y dejé de consumir”, relató. Asegura que su experiencia la llevó a comprender que estos productos pueden dejar de tener efecto con el uso prolongado. “El cuerpo se acostumbra y ya no te responde a lo que necesitas”, añadió.
Deyanira explicó que los suplementos que tomó estaban enfocados principalmente en inhibir el apetito. Sin embargo, cuando dejaron de surtir efecto, se dio cuenta de que necesitaba cambiar de enfoque. “En un principio sí cumplía mis expectativas, pero después entendí que es más importante crear hábitos. A veces sí se necesita una ayuda, pero debe ser recetada por un médico”, afirmó.
También compartió una experiencia aún más preocupante: compró un producto en Facebook que le ofrecieron como una solución sin efectos secundarios. “Te dicen que son unas semillitas que no te van a producir ningún efecto secundario, pero la verdad es que sí te los produce”, dijo. El efecto que tuvo fue una fuerte evacuación intestinal, promovida como señal de pérdida de peso, pero que en realidad terminó afectando su salud. “Crees que porque vas a evacuar ya vas a adelgazar, y la verdad solo te daña”, aseguró.
Además, mencionó el caso de una persona cercana que también consumió este tipo de productos y presentó problemas colaterales de salud, lo que refuerza su convicción de que estas opciones rápidas pueden poner en riesgo el bienestar físico.
El testimonio de Deyanira se suma a muchas otras voces que advierten sobre los riesgos de confiar en soluciones no reguladas ni supervisadas por profesionales. La falta de regulación en redes sociales y la presión social por bajar de peso de forma inmediata, especialmente en mujeres, lleva a muchas personas a recurrir a este tipo de alternativas que podrían tener consecuencias médicas y emocionales graves.
Hoy, Deyanira recomienda apostar por un camino más saludable y responsable: “Es mejor formar hábitos, comer bien, hacer ejercicio y, si vas a tomar algo, que sea con la guía de un especialista”.
Redes sociales y presión social impulsan el consumo: Nutrióloga
Los productos milagro para adelgazar se han convertido en la primera opción de muchas personas que buscan resultados rápidos, aunque pongan en riesgo su salud. Así lo advirtió la nutrióloga Karime Ramírez, quien señaló que una gran parte de sus pacientes llega a consulta después de haber probado este tipo de suplementos, motivados por la promesa de una transformación inmediata.
“Es muy común y más ahora, ¿no? Con esto de las redes sociales, donde no hay algo que regule lo que se puede promocionar. A veces los productos no tienen respaldo científico y pueden afectar diferentes órganos, como el riñón. Incluso hay casos donde se han relacionado con fallecimientos”, explicó.
La especialista señaló que el uso constante de suplementos sin prescripción médica puede tener consecuencias graves, incluyendo daño renal e incluso la muerte, dependiendo de los ingredientes y del tiempo de uso. Sin embargo, la falta de control en plataformas digitales ha permitido que cualquier persona pueda ofrecer estos productos sin responsabilidad sanitaria alguna.
Ramírez enfatizó que la presión social y la cultura de la inmediatez son factores clave que llevan a las personas a tomar decisiones apresuradas sobre su cuerpo. “Yo creo que el principal problema es esa presión de querer los cambios ya, de que todo sea muy rápido”, dijo.
Muchas veces, los productos no son adquiridos tras una evaluación profesional, sino por recomendación de conocidos. “Me lo recomendó tal persona que le funcionó, y así…”, añadió. Ese efecto de confianza informal lleva a muchas personas a confiar en productos que podrían ser peligrosos.
Además, la especialista subrayó cómo los comentarios sobre la apariencia física, normalizados desde edades tempranas, influyen negativamente en la autoestima y el comportamiento alimenticio. “Está muy normalizado hacer comentarios sobre el cuerpo de los demás. Un simple comentario, aunque se diga con buena intención, puede afectar profundamente a la otra persona”, advirtió.
Karime Ramírez recordó que el camino hacia una vida saludable debe ser paulatino y sostenible, basado en hábitos de alimentación balanceada, actividad física y, si es necesario, acompañamiento profesional. “Es difícil adaptarse a un régimen saludable, pero es el único camino seguro. Bajar de peso debe ser progresivo, no instantáneo”, concluyó.
TABLA
Principales riesgos de los productos milagro:
1. Daño a órganos vitales (como riñones, hígado y corazón).
2. Efectos secundarios no informados (diarrea, vómito, ansiedad, insomnio).
3. Interacción peligrosa con medicamentos prescritos.
4. Descompensación del organismo por pérdida rápida de líquidos o nutrientes.
5. Falsas expectativas y frustración emocional.
6. Alergias o intoxicaciones por ingredientes no regulados.
7. Riesgo de dependencia o rebote tras suspender su uso.
8. Ausencia de respaldo científico y falta de vigilancia sanitaria.
9. Pérdida de tiempo y dinero, sin resultados sostenibles.
10. En casos graves, riesgo de muerte.