LESLIE DELGADO
Es tradicional que, para festejar el fin de año y la despedida de la noche vieja, se acostumbre a quebrar una piñata de siete picos, como símbolo de los siete pecados capitales que deben ser destruidos para vencer las tentaciones.
Sin embargo, este 2020 la tendencia es otra. La fabricación de “piñatas Covid” es lo de hoy, a manera de satirizar la pandemia que mermó el año.
Es en un negocio ubicado en la calle de Matamoros en la zona centro de Saltillo, que Hugo Pérez Acosta junto a su familia elaboran piñatas desde hace 30 años, con papel de china, cartón, periódico y engrudo.