Luego de un primer enfrentamiento entre la comunidad lésbico-gay y la organización Cristo Vive la semana pasada, tras el paso del autobús de la Libertad que encabeza el Consejo Mexicano de la Familia, ambos grupos volvieron a enfrascarse en una discusión, luego de que la organización religiosa instaló señalamientos viales donde “prohíbe” las relaciones entre personas del mismo sexo.
El líder de Cristo Vive, Eduardo Pacheco, negó la versión, pero las evidencias muestran que los señalamientos con leyendas “No a las relaciones prohibidas” o entre homosexuales fueron puestas justo cerca de donde se encuentran las instalaciones de la organización, por la calle Salazar, al sur de esta capital.
Pacheco declaró en una breve entrevista en la Plaza de Armas que ellos como líderes espirituales están obligados a llamar a esos hombres y mujeres que se encuentren perdidos a dejar la homosexualidad y entregar su vida a Cristo. “Pero esto es voluntario, no es una guerra, si quieren un destino distinto deben decidir.
Dios no los creo para llevar esa vida; Dios no te hizo para que te corrompieras”, y aclaró que no es pecado llamar a la reconciliación.
“Lo hacemos con los criminales, las prostitutas y la drogadicción, y les digo que en este momento hay 20 personas entre jovencitos y gente mayor, hombres homosexuales, que quieren reivindicarse tras una vida cansada”.
Dijo que están dispuestos a enfrentar una demanda por discriminación por parte de la comunidad lésbico-gay, sin otorgarles la razón. Sobre el tema, Noé Ruíz Malacara, presidente de la Comunidad San Aelredo, que aglutina a la comunidad LGBT, acusó a los líderes de Cristo Vive de promover una falsa doctrina moral y religiosa que representa una agresión para quienes no son heterosexuales.
“Estos anuncios dan una clara muestra de intolerancia y homofobia interior, sin respetar nuestros derechos humanos y civiles. Los hacemos responsables de la guerra de odio y de las agresiones que pudiéramos sufrir”.