Leslie Delgado
En respuesta a las recientes directrices del Vaticano que permiten que candidatos homosexuales al sacerdocio no sean rechazados si viven en celibato, la Diócesis de Saltillo confirmó que no habrá cambios en sus procesos de selección de seminaristas, manteniéndose fiel a la doctrina y valores cristianos que la guían.
Sergio Marroquín, vocero de la Diócesis, señaló que aunque estas disposiciones se aplican en Italia, la Iglesia local sigue apegada a su tradición de discernimiento integral para determinar la vocación de los aspirantes.
“El discernimiento busca saber si un candidato puede llegar a ser un santo sacerdote. Este proceso es realizado por los sacerdotes formadores del seminario, el aspirante y su familia, siempre con sensatez y coherencia con los valores de la Iglesia”, indicó.
Enfatizó que la doctrina de la Iglesia respecto a la homosexualidad no ha cambiado, y añadió que se deben evitar interpretaciones erróneas o polémicas en torno al tema. “Lo que se busca es claridad y respeto a los principios morales, que se fundamentan en el amor, la justicia, la compasión y la paz, pilares esenciales de la vida cristiana”, explicó.
Aunque las directrices del Vaticano no alteran la enseñanza oficial de que las “tendencias homosexuales” son “intrínsecamente desordenadas” ni permiten la ordenación de hombres con tendencias profundamente arraigadas, destacan que la orientación sexual no debe ser motivo de exclusión automática si el candidato vive en castidad.
Por su parte, Noé Ruiz, presidente de la asociación San Aelredo, celebró el mensaje del Vaticano como un avance hacia la inclusión en la Iglesia. “El mundo cambia, y la Iglesia debe adaptarse. La orientación sexual no debería ser una barrera para servir a Dios. Es alentador para aquellos que sienten el llamado al sacerdocio”, afirmó.
La Diócesis de Saltillo reiteró su compromiso de respetar la dignidad de todas las personas, siguiendo las enseñanzas de Jesucristo. “Nuestro enfoque no cambia: evaluamos el llamado y la entrega de quienes buscan servir a Dios, sin juicios particulares que se alejen de los valores cristianos. Lo esencial es el amor, la fe y la vocación”, concluyó Marroquín.
Mientras la Iglesia en otras regiones experimenta debates y cambios, la Diócesis de Saltillo sigue firme en su misión de formar sacerdotes comprometidos con la moral cristiana y la coherencia en su vida de fe.