Piedras Negras, Coahuila / 25 junio 2018
Por: Mariela Pulgarín
Aún ante la política de “cero tolerancia” que aplica el gobierno de EUA, los migrantes centroamericanos que llegan a la frontera de Piedras Negras se niegan a regresar a su país de origen y están varados.
El sacerdote José Guadalupe Valdez, encargado del Comedor del Migrante, y también defensor de los Derechos Humanos de Piedras Negras señaló que en promedio se atienden 50 migrantes y la afluencia sigue aumentando.
La mayoría de los centroamericanos que salen de su país es por pobreza y violencia, llegan a esta frontera y piden asilo político en la franja fronteriza de Eagle Pass, Texas, pero ya tienen casi un mes que se les ha estado negando.
“Había mejorado situación porque ponían un determinado número de personas, si no, los regresaban y les decían que volvieran el día siguientes. Pero ahora está cerrado y hasta pusieron guardias a la mitad del puente para que no lleguen a la garita”, sostuvo el presbítero.
Esto ocasiona que el migrante sea más inseguro, además la vigilancia en la frontera es más estricta, y se arriesga a cruzar de ilegal por lugares menos vigilados debido a que por naturaleza son peligroso “por ello hay muchas muertes de migrantes”.
A pesar de estos riesgos cada vez más elevados y la desesperanza por adquirir un asilo político, los centroamericanos no pueden ni quieren regresar a su país de origen porque salieron por violencia o extrema pobreza y buscan opciones donde establecerse.
Indicó que sería oportuno que México se solidarizara con la migración y agilizara trámites de regularización para que disminuya la población “flotante” en las fronteras, “porque una vez que se convence que no será posible estar en EUA comparan México con sus lugares de origen y ven que es aún mejor”.