Bajan del tren que los lleva a Estados Unidos y buscan un poco de ayuda en la región Centro durante una temporada y si les va bien, se quedan.

Monclova, Coahuila / 10 Octubre 2018

Por: Jesús Medina

Por más de un mes, Marcos Lara Rubio y Mauricio Sevilla, así como Cassandra, la novia de este último, viajaron en el tren que los traería desde Palenque, Chiapas hasta los Estados Unidos, partieron buscando mejores condiciones de vida junto con al menos 350 migrantes más, decidieron quedarse en Monclova.

“Si nos va bien, como nos está yendo, nos quedaremos una temporada a vivir y a trabajar, se algo de obra y con esto nos defenderemos, la otra es que juntemos algo de dinero y nos iremos de nuevo a Estados Unidos, pero ya no en el tren, sube mucha gente mala y nos roba” narra Lara Rubio.

Entrevistados en la Colonia Fovissste, donde se apostaron a pedir ayuda o hacer un recorrido por el sector para pedir trabajo, los dos migrantes dan a conocer el martirio por el que pasaron a bordo del tren conocido como La Bestia.

En dicho tren viajaron  desde Palenque, Chiapas hasta Eagle Pass, Texas, pasaron por Coatzacoalcos y Orizaba en Veracruz, por Lechería, San Luis Potosí y Saltillo,y se bajaron en la Frontera para quedarse a trabajar en la región Centro del Estado, Mauricio, Marco y Cassandra son apenas tres ejemplos de las decenas de migrantes que han encontrado un nuevo asilo temporal en esta zona de la entidad.

Mauricio señala que desde su natal El Progreso Yoro, en Honduras, hasta Palenque, Chiapas, hace cuatro días caminando a la estación ferroviaria para subirse a La Bestia, desde ahí son 28 días más, se viven desde robos, lesiones, violaciones a las mujeres por parte de los policías o los mismos migrantes.

Mauricio aclara que a Cassandra, su pareja desde Honduras, la respetaron, pero tuvo que aliarse con Marcos para imponerse, ambos son del mismo ramal en El Progreso Yoro, en Honduras.

Indican que en la Casa del Peregrino Posada, los tratan bien, salen a trabajar para allegarse algo de dinero “pero si nos va bien, nos quedamos, yo se algo de la obra y con Mauricio podemos hacer trabajos en casa” dice Marco.

Tienen una semana en Monclova, llegaron sin un solo cinco a la región, se mantienen de lo que les dan de alimentos en la Casa del Peregrino y ocasionalmente obtienen dinero de limpiar patios, la gente nos ve con desconfianza.