Saltillo, Coahuila / 8 Marzo 2018
Por: David González
“Mis Tres Amores” así es como llama a su herramienta de trabajo María Juanita Castro López quien decidió ocupar una de las profesiones que además de ser de las más difíciles y peligrosos fue siempre enfocada a hombres rudos y de carácter.
Sin embargo, eso no la detuvo y a sus 26 años, ahora es una mujer trailera y madre de tres hijos que están orgullosos de tener una mamá que devora horas en el asfalto.
En México se estima que se tiene sólo una veintena de mujeres traileras, pero en Coahuila sólo ella sobresale al frente del volante de un monstruo de acero en lo que arrastra diariamente 23 toneladas de carga.
Su familia, sus vecinos y hasta quien simplemente la ven detrás de un volante de un tráiler de quinta rueda la consideran un ejemplo de tenacidad y esfuerzo que dicta nuevamente que para una mujer y más para una madre ningún obstáculo para salir adelante es imposible.
Nadie imaginaría que María Juanita con su esbelta figura, baja estatura y estilizado cuidado de su aspecto personal podría ser la operadora de su tráiler a quien llamó “Mis Tres Amores”, en honor a sus tres pequeños hijos a quien lleva en el recuerdo cada que se aleja por miles de kilómetros para cumplir con su trabajo.
Con cuatro años como trailera en Saltillo cada encomienda le genera un nuevo reto y una aventura en la que se siente apoyada por sus colegas del volante quienes en todo momento la apoyan y protegen.
Contó que la necesidad la llevó a buscar una mejor paga por lo que mejor sabía hacer que era manejar, por lo que luego de ser cocinera y chofer de una familia reconocida de la capital salió a buscar una oportunidad en los camiones de carga.
Señaló que no fue fácil pues en principio nadie creyó en ella, ni siquiera su propia familia quienes juzgaron sus deseos por dedicarse a operar transportes.
“Por ellos, por mis hijos y mis papás decidió esta profesión ya que la paga es muy buena y eso me ayudará a darles estudios y tener mi propia casa”, comentó.
Destacó que la discriminación la halló con los dueños de los tractocamiones que no querían darle la oportunidad ya que no creían que pudiera operar una unidad de más de 10 metros de largo.
Sin embargo cuando se puso detrás de un tráiler el reconocimiento fue mucho y ahora felicitada por donde quiera que la ven y aunque confesó que lo más difícil de esta profesión es viajar largos trayectos en soledad, y lejos de su familia, la recompensa viene cada que se encuentra de nuevo con ellos.
Resaltó que son más de 3 mil kilómetros los que ha manejado en una sola vuelta que son cerca de 38 horas seguidas de viaje.
“Es difícil, porque para andar en esto siempre debes irte con una bendición pues son muchos riesgos y debes de tener nervios de acero, tener tus sentidos bien abiertos y reaccionar ante cualquier cosa por que un abrir y cerrar de ojos puede ser fatal”, apuntó.
La joven madre de familia contó que sólo un accidente ha tenido en su carrera y fue en la nevada del año pasado donde se salió del camino. Dijo que está consciente y ha hablado con sus hijos que este oficio es muy riesgoso al aceptar que muchos colegas salen pero no regresan a su hogar.
Sin embargo dijo entusiasmada que por donde pasa o donde la ve, recibe bendiciones que la guían por el camino para poder llegar a casa sana y salva y reencontrarse con quienes son su mundo y lo más importante, sus padres y sus hijos.