Leslie Delgado
Un Cristo negro con dientes y pestañas humanas; otro dorado con raíces mayas; un Cristo doliente y encorvado, son algunas imágenes religiosas que se denominan como “los hermanos del Santo Cristo de la Capilla”.
De acuerdo con el arquitecto Arturo Villarreal, estas figuras no solo tienen similitudes físicas, sino también en la devoción, pues son veneradas durante la época de lluvias y cosechas, es decir en los meses de julio a septiembre.
“La oleada de migrantes que fundaron poblados en el noreste de México de alguna manera hermanaron a los Cristos con la imagen que nosotros tenemos, dicen que Bustamente, Guadalupe, ambos de Nuevo León y Saltillo son hermanos que venían en unas recuas y que en algún punto del camino se dispersaron para llegar a sus lugares, es la idea de que la mano divina escoge al pueblo para quedarse ahí.
“Conforme nos vamos alejando vemos cómo estos Cristos van dejándolos a lo largo de los caminos reales, el Señor de Tlaxcala, por ejemplo es una imagen que ha sido muy restaurada, y se cita el culto a este Cristo desde el 1688 y su historia coincide con el trabajo evangelizador”, explicó.
En su ponencia, el arquitecto reveló que las figuras hermanas al Señor de la Capilla también están hechas de pasta de caña, un antiguo material que se empleaba para la elaboración de estas imágenes, que eran realizadas por manos tlaxcaltecas.
Los hermanos del Santo Cristo: Señor de Tlaxcala, Bustamante, Nuevo León; Señor de la Expiración, Guadalupe, Nuevo León; Señor de Mapimí, Cuencamé, Durango; N. P. Jesús, Mazapil, Zacatecas y Cristo de la Agonía, García, Nuevo León.
Al igual que el Señor del Amparo, Anhelo, Coahuila; Señor de la Expiración, Mesillas, Coahuila; Calandrias, municipio de Ramos Arizpe, Coahuila y Santo Cristo, Escobedo, municipio de Arteaga, en el estado.
“Todas las fechas patronales coinciden porque es mitad del verano asociado a las primicias al maíz, para pedirle por las lluvias, detener las granizadas y que no afecte las cosechas”, concluyó el experto en historia.