Por David González
Como una piedra en el zapato, día a día durante cuatro años y ayudado sólo con panfletos que él mismo elaboraba de crítica ácida hacia el Ayuntamiento de Saltillo, finalmente don Horacio Hernández Martínez logró lo que ninguna administración hizo en 30 años: que se construyera el elevador en el edificio público del gobierno municipal.
Sin piernas y obligado a andar en silla de ruedas, este ciudadano se puso como meta que esta autoridad convirtiera a la Presidencia Municipal en un edificio incluyente para persona con alguna discapacidad.
Lo anterior luego de que la sede del gobierno local, la Presidencia Municipal de Saltillo que data de hace más de tres décadas de haberse construido, no contaba ni con rampas de acceso para sillas de ruedas ni con aditamentos electrónicos para subir a la segunda planta donde se encuentra el despacho del alcalde.
Por eso, dijo, desde el primero de enero de 2014, este hombre se fijó la idea de la necesidad de un acceso digno para quienes no pueden moverse más que con la ayuda de algún aparato.
De este modo y al sufrir para realizar varios trámites para acceder a la presidencia y que la única entrada como se hace en la mayoría de los edificios públicos era atrás, decidió convertirse en la sombra de quejas del alcalde Isidro López Villarreal.
“Desde el primer día de su gobierno me le puse enfrente cuando bajaba la escalera y le hice la petición de rampas y un elevador para que los discapacitados tuvieran mejor acceso, y es hasta hoy, casi al final que veo este anhelo cumplido”.
Subrayó que esto sienta un precedente para que los demás ciudadanos vean que un gobernante debe estar al pendiente de las necesidades de la gente.
“Me manifestaba en ese sentido, por cuatro años, lo exhibía con panfletos, su falta de sensibilidad, y luego de estar friegue y friegue rindió frutos mi insistencia del reclamo de las rampas que ya están listas, del elevador que ahora es una realidad”.
Relató que muchos fueron los funcionarios que lo criticaron, pues argumentaban que con estos panfletos y estar insistiendo no conseguiría nada, pero aseguró que nada de eso le importó más que convertirse en una piedra en el zapato en el tema de accesibilidad para todos los grupos de la sociedad.
Reconoció que aún hay condiciones adversas y negativas que tiene esta administración, pero que aún y con los pendientes que deja se encuentra muy contento por el logro de este resultado para que se tuviera al final un elevador en la presidencia de Saltillo.
Finalmente, señaló que se queda una petición más en el tintero que insistirá con el gobierno municipal entrante y es la de crear taxis incluyentes con rampas para que sean utilizados por los grupos con alguna discapacidad para poder salir de su encierro y disfrutar de la ciudad o realizar sus pendientes sin tener que depender de nadie.