La Conferencia del Episcopado Mexicano se unió a la pena que embarga al obispo Raúl Vera López, al clero y a los fieles laicos de la Diócesis saltillense por el fallecimiento del presbítero Joaquín Hernández Sifuentes, quien fue reportado desaparecido el pasado 3 de enero y encontrado sin vida ayer.
A través de un mensaje emitido por su presidente, cardenal Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario general del Episcopado, la conferencia se solidarizó con el dolor de la feligresía de Saltillo.
La última vez que se vio al religioso –que estaba a cargo de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en La Aurora– fue durante la celebración de la misa de Año Nuevo a las 22:00 horas.
El 1 de enero viajó por la mañana a Monclova y regresó a su comunidad cerca de las 15:00 horas, de acuerdo con información de la diócesos.
El sacerdote comenzaría su periodo vacacional el 3 de enero y debería regresar a sus labores este 7 de enero, pero no se presentó.
Otro sacerdote, compañero de Hernández Sifuentes, trató de comunicarse con él vía telefónica, pero no obtuvo respuesta y ayer se confirmó que fue encontrado sin vida.
“En estos momentos de temor y sufrimiento los cristianos, con esperanza en Cristo resucitado, estamos ciertos de que el mal no vencerá y que la muerte no es el final del mensaje de amor y esperanza que trajo nuestro Señor Jesucristo y que encarnó en su vida ministerial el padre Joaquín”, destaca el episcopado.
“Pedimos a Dios por su eterno descanso y también pedimos para que el Señor conceda a sus familiares y amigos la fortaleza, la esperanza y el consuelo de la fe”, finalizó.
Con información de Jessica Rosales