La vida que da la basura: historia de lucha contra el cáncer
Ricardo Ramírez
Después de que su hija, quien sufriera cáncer infantil, estuviera al borde de la muerte y vivir el calvario que representa sobrellevar el tratamiento de quimioterapia, Elizabeth Sustay Adame y su esposo fundaron la asociación “Enlazando Sonrisas” con el objetivo de ayudar a niños a vencer esta enfermedad.
Desde hace seis años recogen plástico PET con el fin de reunir recursos y ayudar a sus familias en los gastos necesarios para que los menores reciban su tratamiento.
A la fecha se ha logrado apoyar a más de 18 menores durante todo su quimioterapia y observación que es el periodo posterior a vencer el cáncer, sin embargo, se requieren cuidados especiales debido a los daños que llegan a sufrir por las quimioterapias, comenta Sustay Adame.
Comparte que, desde que iniciaron con esta actividad, se han ido sumando más voluntarias, siendo actualmente ocho mujeres titulares en compañía de sus esposos, quienes participan en las diferentes actividades como la recolecta de botellas y tapas PET, la realización de loterías y la rifa de productos.
El objetivo final es conseguir la mayor cantidad de recurso económico, el cual se entrega ya sea en especie o en efectivo a las familias que requieran cubrir gastos de traslado, hospedaje y alimentación.
Lamenta que estos gastos suelen ser mucho mayores y que en muchas ocasiones, los menores dejan de recibir tratamiento por no alcanzar a cubrir un boelto de autobús para recibir sus quimioterapias; espera que en un futuro asociaciones civiles, ONG’s y autoridades se sumen a este proyecto para apoyar a más familias.
La lucha diaria de Elizabeth y su esposo es para que ningún menor se quede sin su tratamiento y puedan entrar a la etapa de observación o vigilancia.
Asimismo, para evitar el mal uso de recursos, asegura se hace una investigación sobre el caso y la condición de cada una de las familias.
Además se supervisa el avance del menor y aunque dijo hay familias que realmente necesitan la ayuda, en estos seis años se han presentado casos donde algunos padres intentaron aprovecharse y obtener dinero de las donaciones.
El principal gasto que enfrentan los papàs es el gasto del traslado, hospedaje y alimentación principalmente a Monterrey, donde reciben los niños su tratamiento de quimioterapia.
En este proceso forzosamente deben ser acompañados por un adulto, lo que incrementa los gastos; esto genera que uno de los padres tenga que trabajar más para obtener recursos económicos para el hogar y los gastos.
Elizabeth comparte que se han enfocado en ayudar a madres solteras ya que las necesidades que demanda un menor en este tratamiento son muchas y no les permiten trabajar al mismo tiempo, situación por la cual buscan ayudarlas.
