La historia del Santo Cristo de la Capilla

Leslie Delgado

La leyenda cuenta que tras 31 años de la fundación de Saltillo, una mula solitaria entró a la villa con una caja sobre su lomo, al abrirla los habitantes encontraron la imagen del Santo Cristo. Posteriormente, Santos Rojo, uno de los fundadores de Saltillo colocó al Santísimo en el altar de las Ánimas, una pequeña capilla de adobe ubicada en donde se asentó la mula.

A partir de ahí, los pobladores empezaron a orar y hacer peticiones al Santo Cristo, a cuatro siglos de este curioso acontecimiento, los devotos como la señora Leticia continúan visitándolo para agradecer por los milagros concedidos, uno de ellos es la sanación de su sobrina.

Cada 6 de agosto, miles de feligreses acuden a la catedral de Santiago para venerar al Santo Cristo quien desde su altar provisional pareciera contemplar a los fieles que lo visitan.

“Son varios años en los que hemos estado viniendo y el Santo Cristo nos ha hecho tantos milagros, siempre en este novenario venimos a pedirle y a rogarle por la salud de mi sobrina”, comentó la señora Leticia.

Además de sanar enfermos, a la imagen religiosa se le atribuyen haber dado fin a sequías, evitar pandemias, salvar de la muerte a las personas, y hasta que los ladrones se arrepientan de robar. Precisamente y en el marco de la tercera ocasión en que el Obispo de Saltillo, Monseñor Hilario González participa, esta fiesta patronal representa el mayor acto de fe que tienen los devotos.

“Ojalá que esta misa de Santo Cristo así fuera todos los días que tuviéramos la necesidad de poner diez misas diarias, que padre sería que los católicos recuperemos ese entusiasmo, esa devoción, sobre todo la presencia edificante evangélica. Estoy muy gratamente impactado y en los tres años cada uno ha tenido lo suyo, la devocion, la entrega de la gente, que viene toda la familia, y yo hago una invitación para que sigan promoviendo esta devoción a Santo Cristo, porque es nuestro santo protector”, mencionó.

Desde hace 415 años, esta tradición religiosa continua siendo una de las más convocadas y arraigadas, y como en cada edición la verbena popular, los matlachines y la pirotecnia no pudieron faltar.