Inmigrantes llegan enfermos o mutilados

Mutiladas, enfermas y gravemente heridas es como llegan numerosas personas centro y sudamericanas a Coahuila en su travesía hacia Estados Unidos, muchas de las cuales se refugian en las casas del migrante.

Así lo dio a conocer el sacerdote Pedro Pantoja Arreola, director de la casa Belén del Migrante, en Saltillo, quien reveló que diariamente llegan un promedio de 40 indocumentados a estos refugios.

Explicó que la frontera sur de México ha sido muy restrictiva, pues mantiene varados a cerca de 600 centroamericanos diariamente, a quienes las autoridades no dejan subir a la “bestia” —el tren que atraviesa el territorio mexicano— y los que logran abordarlo terminan heridos o mutilados.

“La gente llega cansada, lastimada o muy herida; eso nos tiene muy preocupados, porque aquí, en las casas del migrante, es donde encuentran atención y reposo”, expresó. Pantoja Arreola agregó que los extranjeros indocumentados que van en tránsito por el país son víctimas de robos por parte de traficantes de personas y agresiones de gente nativa de las regiones por donde pasan, pero también de abusos de las policías locales; esto sin contar los accidentes que sufren en la “bestia”.

Las personas que logran llegar a las ciudades, agregó, acuden de inmediato a las casas del migrante, y es así como logran cierta recuperación física y obtener algún apoyo económico de los lugareños, para continuar su peligroso camino.

En relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, el sacerdote lo calificó como un “cavernícola y un maldito que ya se ha topado con el muro de odio y de fracaso que construyó para sí mismo”.

Comentó que en un reciente viaje al estado de Texas junto a un grupo de defensores de los migrantes observó las condiciones infrahumanas en las que las autoridades estadounidenses mantienen a las personas indocumentadas, principalmente mexicanos y centroamericanos retenidos con sus familias en jaulas, en tanto se llega la hora de su deportación.

Aclaró que inmediatamente se presentó una queja dirigida al Gobierno de Estados Unidos para que se revisara la situación de los connacionales y gente de otros países detenidos ahí.

Finalmente celebró que estados como Coahuila sean considerados como santuarios para el recibimiento de refugiados, donde serán recibidos con empleo y educación para sus hijos.