Saltillo, Coahuila / 10 de Marzo 2020
Por: David González
En serio riesgo ha puesto la clínica 89 del IMSS a quienes transitan por este hospital de medicina familiar, luego del mal manejo de los residuos biológicos y empaques de fármacos que son arrojados y apilados a un lado de la farmacia donde agujas, gasas y mangueras de sueros, entre otros insumos usados, terminan sobre la banqueta y calles aledañas.
Lo anterior se pudo constatar en un recorrido de Capital Media, donde el peligro es mayor luego de que estos desechos podrían llegar al Bosque Urbano Ejército Mexicano, que está a tan sólo unos metros de este basurero improvisado.
La mañana del lunes, durante un recorrido en este nosocomio ubicado en el centro metropolitano, entre el Parque Las Maravillas y el Bosque Urbano, se pudo ver grandes cantidades de basura que era dejada por trabajadores de limpieza a un costado de la farmacia.
En este pasillo, se apilaron cajas de cartón, bolsas de hule con desechos del día a día pero mezclados con botellas de medicamentos, ampolletas usadas, mangueras de las sondas y sueros utilizados por pacientes enfermos.
Cabe señalar que este pasillo donde se juntan los desechos, es un canal pluvial donde en caso de lluvias, todo lo que ahí se encuentra es arrastrado a través de las rejillas de acero que se conecta al desagüe.
Según la Norma Oficial Mexicana número 87, obliga a las instituciones de salud al buen manejo seguro de los desechos clínicos que se clasifican en tóxicos, biológicos e infecciosos.
Para este efecto, las disposiciones marcan un lugar especial para su almacenamiento y que deben aislarse este tipo de insumos usados en bolsas rojas para que se identifique que son residuos anatómicos, punzocortantes con sangre o patológicos.
Sin embargo, se pudo ver en este pasillo al aire libre sólo algunas bolsas negras de las usadas en el área doméstica y bolsas azules, mientras que la mayoría de desechos estaban regados sobre el suelo.
DESECHOS HOSPITALARIOS FRENTE A PARQUES PÚBLICOS
Sobre la banqueta de adoquín se pudo ver desde envases de sueros, muchos de ellos aún con la manguera que estuvo conectada vía intravenosa al paciente; frascos de ampolletas, cajas de medicamentos, cubrebocas, gorras y demás indumentaria de médicos y pacientes.
De este modo, basura común estaba mezclada con desechos hospitalarios que al rebasar el angosto pasillo donde eran depositadas, comenzaron a regarse a través de la reja y alcanzar la banqueta por donde está una parada de autobús y un sitio de taxis.
Lo más delicado que se pudo apreciar es que a solo unos 10 metros está el parque público Bosque Urbano a donde bien pueden llegar estos residuos con ayuda de la lluvia y el aire.
Muchos de los recipientes de plástico que se salieron de los contenedores y que terminaron en vía pública fueron pisados por los transeúntes, por lo que el peligro es latente para niños que acompañan a sus padres a esta clínica y que bien pueden alcanzar estos desechos y tocarlos.