Hermanas enfrentan juntas el cáncer

Laura Estrada

“Pensar en mi hija fue más duro que mi diagnóstico”, recuerda Idalia Lozano Aguirre tras enterarse de que tenía cáncer de ovario. A solo una semana de su diagnóstico, descubrió que su hermana Martha también padecía cáncer de colon. Juntas enfrentaron cirugías, hospitalización y el miedo, apoyándose mutuamente en cada paso. 

Hoy, ambas están en remisión, esperando con ansias el día en que puedan tocar juntas la campana de la victoria. Idalia asegura que, sin Dios y sin un diagnóstico oportuno, no habrían podido disfrutar este nuevo capítulo junto a sus familias.

Aún con lágrimas en los ojos recuerda cómo fueron los momentos en que juntas pasaron algunas semanas hospitalizadas, luego convalecientes, más de un mes siguieron en la misma habitación en casa de Martha, ya que dijo están tan unidas que era impensable estar en casas distintas. Por su parte Martha mencionó que desistió de atenderse en Monterrey, para no estar lejos de Idalia.

Cadenas de oraciones se hicieron para ellas, familiares y amigos estuvieron a su lado y luego de sus cirugías y respectivos tratamientos, llegó el momento de un nuevo diagnóstico, por suerte para Martha no se detectaron más células cancerígenas, pero para Idalia fue devastador escuchar al médico decirle, “aún tienes cáncer”, por lo que fue sometida a una nueva cirugía, ahora para retirar por completo su matriz.

Después de la segunda cirugía y dos años en constantes chequeos médicos, ambas están en proceso de remisión del cáncer, sin embargo aún falta camino por recorrer hasta poder tocar ambas la campana de la victoria, pero más unidas que nunca, agradecidas con Dios y con sus familias. Expresó que periódicamente se realizan exámenes de revisión y es otro paso difícil, ya que persiste el temor de un nuevo diagnóstico positivo a cáncer.

Con esta experiencia quieren compartir un mensaje con otras mujeres, vencer el cáncer es posible, pero es difícil vencer el miedo, la vergüenza y el pudor, por lo que desafortunadamente muchas mujeres siguen sin practicarse exámenes como el papanicolau, la colposcopia o la exploración mamaria, que dice “hacerse estos exámenes es un regalo de vida”.

Hizo ver que actualmente en Acuña existen los suficientes especialistas y hospitales públicos y privados para tratar el cáncer, por lo que la condición socioeconómica de las personas no es una limitante para detectar oportunamente cualquier tipo de cáncer, sobre todo el de mama y cervicouterino, ya que hay instancias de salud pública donde los estudios son gratuitos, incluso asociaciones e instituciones privadas que realizan acciones a bajo costo, ya que la salud de la mujer se ha vuelto prioridad.

Comparte que su diagnóstico no se lo esperaba, ya que es una persona que anualmente se realiza exámenes de diagnóstico oportuno, por lo que haber salvado su vida obedece a Dios y a qué hizo caso a la primera señal, un dolor en el ovario que consideró insignificante pero aún así de idio acudir al médico, por lo que hizo hincapié en la importancia de no dejar pasar síntomas. Hoy insiste a sus amigas y familia que acudan periódicamente a revisarse para prevenir el cáncer.

Dijo además “quiero que sepan que nos atendimos aquí”, orgullosamente  Acuña cuenta con oncólogos, mujeres especialistas en ginecología oncológica y diversas especialidades más, principalmente en el hospital de zona 92 del IMSS, lo que tiene un impacto positivo en la pacientes oncológicas, ya que no es necesario trasladarse a la ciudad de Monterrey para ser atendidas, lo que anteriormente generaba gastos adicionales.

Hoy tanto Idalia como Martha tienen fe en su recuperación total, ya que aunque no presentan células cancerígenas, aún no son dadas de alta, sin embargo ellas con alegría y agradecimiento cada día de una nueva oportunidad para seguir disfrutando a su familia, sus hijos, sus amistades, su trabajo y también la oportunidad de poder decirle a otras mujeres no tengas miedo, detecta el cáncer, es curable.