Por David González
Migrantes hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y hasta de otras naciones que llegan como indocumentados en su travesía a Estados Unidos y pernoctan en Saltillo, no cuentan con el abasto suficiente de agua y tienen que racionar su uso.
La crisis del vital líquido dentro de las instalaciones de este organismo no gubernamental es tal que temen les sea cortado el suministro, pues adeudan a la paramunicipal más de 200 mil pesos en recibos del agua.
Los casi 60 migrantes que son atendidos diariamente tiene que aguantarse las ganas de bañarse, de lavar su ropa que es desechada y usan prendas que les regalan y hacer maniobras para hacer ecológico y limitado el uso de agua para beber y cocinar.
De no resolverse la crisis por la que atraviesa la Casa del Migrante, cerca de 6 mil indocumentados que son recibidos en este albergue cada año en Saltillo quedarían deambulando por las calles, advirtió el director de este centro Alberto Xicoténcatl Carrasco.
La respuesta según comentó el activista es que la española Aguas de Saltillo (Agsal) nunca les ha condonado el pago ni rebajado las cuotas de los recibos de agua que llegan por 7 mil pesos mensualmente.
Recordó que el año pasado por un concepto superior a los 100 mil pesos de recibos de agua,
tuvo que intervenir el gobierno del estatal para saldarles la deuda.
“Es un costo excesivo el que llega de agua en la Casa del Migrante donde nos llegan cuentas por arriba de los 7 mil pesos mensuales pese a que tenemos un programa de ahorro donde hemos tenido que pedir a las muchas personas alojadas que no se bañen a diario”, explicó.
La Casa del Migrante se estableció en Saltillo hace 15 años en la colonia Landín donde tiene como misión dar alojamiento, cama y comida a los migrantes en el que viene mujeres hombres y niños, pero que este apoyo se ha extendido a ofrecer ropa, calzado, servicios médicos y atención especializada por profesionales.
Requieren 4 mdp
Alberto Xicoténcatl dijo que no cuentan con algún tipo de financiamiento por parte de ningún gobierno estatal, municipal o federal, pese a que la atención de los indocumentados es tarea de las instituciones públicas.
Lejos de eso, dijo que el apoyo limitado que reciben es de organizaciones internacionales que defienden los derechos humanos y eso alcanza sólo para subsistir.
“La mayoría de las donaciones que tenemos son en especie desde, alimentos, ropa etc, pero si tuviéramos que ponerlo en efectivo se requiere por lo menos 4 millones de pesos al mes para el pago de sueldos, servicios, atención e impuestos”, reveló.
“Estamos luchando mucho para poder mantenernos trabajando pues la casa lleva 15 años y es muy complicado poder sostener la organización”, advirtió.
Señaló que Agsal es una empresa a la que se le concesionó el tema de la administración el agua y que paga una renta al municipio y con ese dinero extra que recibe el Ayuntamiento, según los expertos se deben hacer obras por la comunidad desprotegida donde entraría esta organización.
Por eso reiteró el llamado a los gobiernos de los tres niveles a apoyar esa causa pues de desaparecer la Casa del Migrante, los indocumentados quedaran en las calles por meses mientras deciden el camino a tomar como pasa en estos casos.