El Comité de Operatividad de la Zona de Tolerancia de Saltillo exigió al alcalde Isidro López frenar la voracidad de los inspectores de alcoholes, quienes piden “mordidas” y “moches” a propietarios de bares y restaurantes de la ciudad por permitir ejercer la prostitución en sus negocios de manera clandestina.
Verónica Hernández, Leopoldo Robles y Verónica Miranda, integrantes del Comité de Operatividad de Ciudad Sanitaria, dijeron que “tenemos mucho tiempo tratando de hablar con el alcalde sobre estas cosas, pero nos ha ignorado, al igual que el director de Salud Pública municipal, Bernardo Dávila, a quien hemos pedido apoyo sobre el control sanitario de las sexoservidoras”.
Los denunciantes aseguraron que la zona de tolerancia está prácticamente muerta porque las más de 600 sexoservidoras que trabajaban en el sector decidieron bajar a trabajar a la ciudad.
Verónica Miranda señaló que el alcalde Isidro López debería tener más control sobre su gente, pues “son muchas las arbitrariedades que cometen y muchos somos víctimas de acoso, particularmente por parte de la Dirección de Alcoholes y de la Policía municipal”.
Dijo que a pesar de la baja actividad que se registra en la zona de tolerancia, hay inspectores que van y exigen dinero a los responsables de los negocios y que ya están cansados de esa situación.
Hernández, Robles y Miranda solicitaron audiencia, con el alcalde pero les fue negada.