Monclova, Coahuila / 27 Septiembre 2018
Por: Jesús Medina
Al considerar que no se puede creer en la justicia que ahora promete Napoleón Gómez Urrutia, porque él es parte de la desgracia minera de Pasta de Conchos, familiares de los mineros caídos señalan que Napito conocía las condiciones inseguras de la mina, firmó convenio de operatividad y a la semana, estalló, dejando 65 mineros sin vida.
Elvira Martínez, Representante de la Familia Pasta de Conchos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, señala que no se puede creer en una persona que en su momento nada hizo para evitar la tragedia minera en la Mina VIII de Pasta de Conchos aquel 19 de febrero del 2006.
Por su parte, Patricio Quintero Alemán, Secretario General de la Sección 288 del Sindicato Nacional Democrático Minero, acusa de complicidad a Gómez Urrutia ya que justo una semana antes, les firmó, como lo hacía cada año, en febrero, a Germán Feliciano Larrea Mota-Velazco, la operatividad de Pasta de Conchos, con el aval que la mina podía operar de manera segura.
Elvira Martínez y Quintero Alemán coinciden en señalar que Gómez Urrutia conocía de las condiciones inseguras de la mina y así permitió el ingreso de decenas de mineros, los envió a la muerte.
La representante de la Familia Pasta de Conchos señala que llevan 12 años pugnando porque se haga justicia, llegando incluso a tribunales internacionales, pero ahora, alguien que fue cómplice de esta desgracia, llega y promete tres puntos básicos, el rescate de los mineros atrapados, solamente lograron rescatar 2 cuerpos, hay 63 atrapados al interior del complejo minero ubicado en el Ejido Santa María de San Juan de Sabinas, otro de los puntos prometidos, una indemnización para los deudos y el tercero, abrir juicio contra los responsables en un acto de justicia.
De todo esto, señala Elvira Martínez: “Es difícil de creerle a alguien que es cómplice de esta desgracia y que ahora busca un acercamiento con los hermanos, madres, padres e hijos, de a quienes él mandó a la muerte”.
Esa desgracia –dice- no solamente dejó viudas, dejó tragedia entre todos los familiares de quienes quedaron sepultados en la mina insegura, pero que Gómez Urrutia documentó y avaló su operatividad a sabiendas que era trabajar en un infierno, señala Elvira Martínez.