Vecinos de colonias ubicadas al oriente de la ciudad, a la altura del bulevar Otilio González, específicamente de la Universidad Pueblo, exigieron al alcalde Isidro López Villarreal atender las necesidades de cientos de familias saltillenses que en tiempo de lluvias exponen su vida al cruzar por el cauce del arroyo, donde demandaron la construcción de un puente peatonal para evitar riesgos.
“Tenemos tiempo pidiendo que se instale aquí por la calle Artemio de Valle Arizpe un puente peatonal para no tener que arriesgarnos, pero hablamos a la Presidencia Municipal y nunca vienen. Dicen que no tienen recursos y que busquemos otras instancias”, dijo la señora Agustina Suárez Rodríguez, quien vive por esa vialidad.
La calle Artemio de Valle Arizpe cruza prácticamente por todas las colonias ubicadas al oriente de la ciudad por Otilio González, desde periférico Echeverría hasta la colonia Lomas del Pedregal, Las Tetillas y La Morita, donde, según la Dirección de Protección civil y Bomberos, existen muchos vados que en tiempo de lluvia se convierte en un peligro para la población.
Luis Mendoza, otro de los habitantes del sector, sostuvo que la problemática se vive desde el pasado mayo, cuando solicitaron a la oficina de Atención Ciudadana del ayuntamiento que enviaran a responsables de Obras Públicas para que vieran la posibilidad de construir un puente peatonal en la zona.
“Sin embargo -agregó- es un problema que parece no importarle a la autoridad, porque igual tenemos reportes de que no funcionan las luminarias, que hay mucha inseguridad y violaciones, pero no entienden”.
Comentó que si se construyera un puente no habría que arriesgarse a cruzar el arroyo o los vados y más en temporada de lluvias, cuando se desborda el cauce, como sucedió este fin de semana.
“Lo que nos preocupa como habitantes de aquí es que no hay atención y parece que esperan que suceda una desgracia para poder actuar”, expresó Mendoza.
Según Protección Civil, hasta ahora se han hecho más de mil 400 notificaciones a personas que viven en los márgenes de los arroyos, quienes a pesar de conocer el riesgo, no quieren salir de sus viviendas.