POR DAVID GONZÁLEZ
Desde hace más de 40 años existe en Saltillo un corredor de áreas verdes que se extiende por poco más de tres kilómetros conocido con el nombre de Paseo de la Reforma en honor a los personajes ilustres que flanquean cada esquina del parque lineal.
Ahora sólo quedan vestigios de las esculturas y sus jardines, donde el olvido lleva a este gran pulmón de la ciudad a ser evitado por la ciudadanía como lo que antes era un gran paseo dominical en el que varias generaciones disfrutaron de sus verdes pastos.
Estatuas mutiladas, grafitti, rostros quemados y otros más a punto de venirse abajo al tener como piernas algunos ya sólo las varillas expuestas, que evitan que cedan por la gravedad.
El recorrido realizado por Capital Media a través de la historia que debería narrar las estatuas de los personajes de la época de la reforma inicia en la calle de Urdiñola y el Paseo de la Reforma con un fantasma, pues la escultura de quien debiera ser Juan de la Cruz Borrego,- lagunero oriundo de Matamoros y cuya tarea dada por Benito Juárez fue hacerse cargo de los archivos de la Nación- ya no existe.
En su lugar está Jesús Carranza también militar de Cuatro Ciénegas al mando del ejército del entonces Presidente de México Benito Juárez, pero que la condición de la piedra con la que fue labrado su imagen deja mucho que desear por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.